Investigación. Durante el ataque murió un agente destinado a una fuerza de élite de la policía paraguaya.

Asalto con dinamita para un robo de pelicula

Ciudad del Este, el principal centro del comercio en Paraguay, fue por una noche una zona de guerra. Y no es una metáfora.

Ciudad del Este, el principal centro del comercio en Paraguay, fue por una noche una zona de guerra. Y no es una metáfora. Un grupo comando de 50 hombres, armados con fusiles antiaéreos, dinamita, miras láser y equipos de visión nocturna, atacó durante tres horas la sede de la empresa Prosegur, mató a un custodio, derribó el edificio y accedió a la bóveda, que guardaba 40 millones de dólares. En su huida detonaron autos con explosivos a distancia. En medio del caos, las alarmas y los disparos de armas largas, la policía no atinó a dar con la pista de los delincuentes, que lograron huir hacia el norte a bordo de cinco camionetas artilladas.

Las autoridades paraguayas sospechan de una banda brasileña, responsable de un ataque similar en Pernambuco, el 21 de febrero pasado. En esa oportunidad la víctima fue la empresa de caudales Brinks y el botín era de 20 millones de dólares.

“Nunca ocurrió esto en la ciudad. Estamos como en Siria”, dijo la fiscal a cargo de la investigación. La policía se vio desbordada por la situación.

El plan de los delincuentes fue calcado del utilizado en Pernambuco hace dos meses: un ataque por sorpresa cerca de la medianoche y con un despliegue cuasi militar. Tras derrumbar parte de la sede de Prosegur con dinamita, el grupo comando abrió la bóveda y huyó. Para cubrir la salida detonaron por remoto 16 autos con explosivos C4, de uso exclusivo militar y apto para derribar edificios, en distintos puntos de la ciudad, “incluido un camión de gran porte que quedó en plena ruta internacional y ocasionó otro accidente debido a que motociclistas no pudieron divisarlo en la oscuridad y lo chocaron”, publicó la prensa local.

Ciudad del Este, ubicada en la llamada Triple Frontera, es un punto caliente para el narcotráfico entre Paraguay, Brasil y Argentina, y vive de los intercambios con los dos vecinos. Bajos precios y mercadería muchas veces de origen dudoso la han convertido en un polo atractivo para los inversores.

La dimensión del ataque alertó al otro lado de la frontera paraguaya. A pedido de Asunción, la Policía Federal de Brasil desplegó patrullas por tierra y una embarcación armadas por el río Paraná, para evitar que los ladrones escapasen por agua, además de dos helicópteros. El gobierno argentino, en tanto, anunció un refuerzo de la frontera y ofreció ayuda policial.

La sede de Prosegur en Ciudad del Este estaba en la mira de las autoridades desde 2015, luego de que se descubriera un túnel debajo del edificio. “Dos años después lograron robar el local”, dijo Richard Vera, jefe de homicidios de Paraná. El oficial dijo que la banda estaba integrada por brasileños y paraguayos, pero se negó a confirmar si detrás del golpe estaba el Primer Comando Capital (PCC), como especulaba la prensa brasileña.

El PCC nació en la década de los noventa como grupo de autoprotección de presos en las cárceles de Brasil y hoy es especialmente activo en la zona de Sao Paulo.