El antes y después de una cirugía de nariz.

Armas terapeuticas para tener una nariz bonita

Virginia Gómez N.gomezv@granasa.com.ec

En el mundo habitan millones de hombres y mujeres que conviven con una nariz que no les agrada. Una apariencia que lamentablemente no mejora con los años ni se supera en la adolescencia. Y, a diferencia de otras parte del cuerpo que se pueden arreglar con ejercicios o dietas, a favor de ella no puede hacerse nada. Por estas razones, quizás, ese ejército de inconformes recurre a un gran abanico de posibilidades para mejorar lo que natura les negó.

La rinoplastia o cirugía de nariz es la de mayor demanda. Sin embargo también figuran los rellenos de grasa y plasma, los hilos y los métodos no quirúrgicos como infiltraciones de sustancias con ácido hialurónico (entre otras) hasta los respingadores o prótesis nasales. ¿El objetivo? Mejorar la estética de la nariz y, por ende, conseguir un rostro más armónico.

Para Ana de 17 años modificar el tamaño de su nariz significó recuperar su autoestima y sentirse más segura y aceptada, acabando así con las bromas de las que era víctima por parte de sus amigos y familiares. Gina de 18 años cuenta que hace dos meses tenía una nariz con una protuberancia o giba que le restaba gracia (sonríe) a su rostro, y como le tiene miedo al bisturí decidió someterse a unas infiltraciones de una sustancia cuyo nombre no recuerda en un salón de belleza, por $ 200. Y lejos del quirófano y por $ 20, unas prótesis flexibles que introduce dentro de sus fosas nasales le permiten a Carlos Eduardo de 20 años disminuir el tamaño de estas y poder sociabilizar con sus compañeros de universidad sin miedo a las burlas de las que fue víctima por seis años en el colegio; aunque reconoce que a veces se olvida de retirarlas y duerme con ellas, lo cual cree que intensifica su dificultad respiratoria.

Según el doctor John Villegas Graham, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (Secpre), la nariz por ser un órgano que nos permite respirar, especialmente debe estar en las manos de profesionales, conocedores de su anatomía y funcionabilidad. Y ese es el cirujano plástico. La rinoplastia o cirugía de nariz es el procedimiento que permite resolver problemas estéticos como la giba ósea (hueso que sobresale del dorso de la nariz como una joroba), las desviaciones hacia la derecha o izquierda, o las fosas nasales anchas que constituyen un grave problema de imagen para los adolescentes y jóvenes, principalmente.

Sin olvidar, recalca el doctor Diego Guevara, jefe de cirugía plástica del hospital Alcívar, que antes de lo estético deben resolverse los problemas de tipo funcional del paciente, como el tabique desviado o una hipertrofia de cornetes. “De nada vale una nariz bonita si no respira bien”.

Alternativas de poca duración

La nariz es una zona que merece nuestro respeto, dice el doctor Francisco Borja, director de Clínica Borja y catedrático de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES). Por lo tanto, es inapropiado someterla a intervenciones que puedan afectarla. “La técnica del hilo es dolorosa y este puede provocar molestias si está ubicado superficialmente... Si lo aprieta demasiado, daña el tejido. Y si lo afloja mucho, la punta nasal volverá a caerse”.

Las infiltraciones con ácido hialurónico ayudan a levantar la columela (punta de la nariz) y con una técnica bien aplicada se consiguen buenos resultados; pero es necesario que el paciente sepa que su efecto dura solo de seis a ocho meses. Y con bótox (toxina botulínica), apenas dos meses. “Son tratamientos momentáneos para levantar la punta. Luego la nariz recobrará su forma original. No son indicados para las personas con nariz ancha o una nariz negroide, porque no levantaría absolutamente nada”, enfatiza la doctora Martha Naranjo, cirujana plástica con una maestría en medicina estética.

Las inyecciones de sustancias mal colocadas pueden provocar una infección nasal. Y la introducción de objetos extraños, afectar su función respiratoria. “He atendido en mi consultorio a jóvenes que utilizan los llamados respingadores o soportes nasales noche y día, lastimando el tejido nasal. Si una gripe nos tapa la nariz, imagínese la alergia que pueden provocar estos productos”, subraya el doctor Borja.

El médico Diego Guevara los califica como procedimientos de camuflaje que permiten cubrir o tapar los defectos por un corto periodo, pero hace énfasis en que solo la rinoplastia es para toda la vida.

Cuidado, dice Villegas, con el uso de biopolímeros como el polimetilmetacrilato o la silicona líquida, porque pueden tener consecuencias a largo plazo. “Aunque su uso está prohibido, ciertas cosmetólogas los siguen poniendo no solo en la nariz sino en senos, glúteos y piernas. En lo que va del año he tratado cerca de 10 pacientes con estos biopolímeros”, recalca Villegas, quien es jefe de cirugía del hospital Abel Gilbert Pontón.

El cirujano plástico Jorge Miranda, de la Clínica Miranda, alerta a la ciudadanía sobre la publicidad engañosa que promete una rinoplastia a bajos costos y en pocos minutos. Los anuncios aparecen en programas de televisión e Internet. Incluso, se la promociona en combos que ofrecen mejorar la nariz y otras zonas del cuerpo. Y como lo barato sale caro, muchas personas operadas han quedado con narices antiestéticas que han tenido que ser reoperadas por otros profesionales. “El verdadero cirujano plástico es un artista que opera muy bien. Por eso es que no todos los médicos pueden ser buenos cirujanos plásticos”.

Para resultados óptimos hace falta un estudio exhaustivo de la nariz del paciente, relacionarla con su estatura, tamaño del cuerpo, raza y el color de la piel. “No solo ir a mansalva a quitar la giba o la columela de la nariz para hacerla más fina, cuando probablemente lo que le falta es estructura y proyección para que se vea mejor”, dice Fernando Sancho, cirujano plástico facial, vicepresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Rinología y Cirugía Facial.

El panorama de posibilidades es amplio. Y aunque la publicidad y el marketing nos vendan un concepto de “lo que es bello”, recuerde que usted es única y tiene características que la hacen ser una “gran mujer”.

“La belleza no se mide por el tamaño de su nariz, sino por lo bella que se sienta por dentro y por fuera”, expresa la terapeuta familiar Karina González.

Rellenos con grasa y plasma

La cirugía plástica también ofrece métodos menos invasivos. La doctora Naranjo realiza minirrinoplastias para casos específicos de narices en las que solo se requiere levantar la punta nasal, o que se noten menos los orificios nasales. “Se realiza con anestesia local y sedación, sin uso de yeso, y de resultados permanentes”.

El doctor Francisco Borja trabaja con relleno extraído del cuerpo del propio paciente, evitando así el riesgo de ‘rechazo’. “Se utilizan tres elementos: la grasa (obtenida de la zona periumbilical o de la papada), pedacitos de cartílagos machacados (de la misma nariz) y plasma rico en plaquetas (de la sangre), que se mezclan hasta obtener una especie de ‘palitos’ que se colocan en las fosas nasales para rellenar los dorsos (o gibas), levantando así el puntal nasal”. Se lleva a cabo en quirófano, con anestesia local, en 30 minutos aproximadamente.

Una técnica que no es para todo tipo de narices, sino que está estrictamente indicada en las narices con gibas (jorobas).

Rinoplastia: segura y permanente

En Ecuador es la segunda cirugía estética de mayor demanda, siendo superada solo por la lipoescultura, asegura Villegas, director nacional de la Secpre. Cirujanos plásticos, como los doctores Jorge Miranda, Martha Naranjo y Francisco Borja, realizan un promedio de 60 rinoplastias al mes (720 al año). Los adolescentes y jóvenes figuran entre sus principales clientes.

Una demanda que va en aumento porque tiene en las plataformas sociales una aliada. Instagram y los selfis han pasado a ser una razón más para que hombres y mujeres se sometan a un cambio estético. “Durante la toma de la foto a las chicas no les gusta el perfil de su nariz y por eso deciden recurrir a la cirugía”, comenta el doctor Francisco Borja.

La rinoplastia actual, dice el doctor Miranda, se procura hacerla lo menos invasiva que se pueda, creando fracturas no exageradas mediante el uso de instrumentos adecuados para evitar la inflamación o hinchazón excesiva en el posoperatorio, así como la dificultad para respirar y problemas con la cicatrización. “Nosotros dejamos en la nariz unos tubitos muy finos que le permitirán al paciente respirar bien. No usamos yeso sino aquaplast, un material cómodo y que se amolda al clima”, recalca.

El paradigma de una nariz bonita, anota el doctor Borja, “es una nariz recta, con la punta ligeramente proyectada, que luzca lo más natural posible y en armonía con el rostro”.

Lo fundamental es hallar al cirujano idóneo y de experiencia, preferible que sea miembro de alguna entidad seria como la Secpre. Es una técnica, indica el doctor Diego Guevara, que se realiza con anestesia local más sedación y no requiere de hospitalización. Necesita de taponamiento nasal entre 24 y 48 horas y de yeso, que se lo retirará a los ocho días.

El paciente debe estar dos semanas con esparadrapo de papel y cumplir con los controles posoperatorios. Es frecuente que el área se hinche o inflame los primeros días, y presente moretones que desaparecerán a la semana. El paciente no debe exponerse al sol directamente por tres meses ni hacer deporte. Esta intervención es frecuente en pacientes entre los 15 y 30 años de edad. “En personas mayores de 40 años hay que tener mucho cuidado de los cambios que se consigan, pues al tener ya su personalidad formada les costará más adaptarse a su nueva nariz”, señala el doctor Sancho. Esta cirugía puede complementarse con un aumento de mentón o una liposucción de mentón.

DETALLES

- Teherán se ha convertido en la capital mundial de la rinoplastia, donde más de 200.000 iraníes pasan cada año por el quirófano para modificar su nariz. Según la Sociedad de Rinología del país, en Irán se realizan siete veces más operaciones que en EE. UU.

- El consumo de cocaína en España está causando un aumento de las operaciones de nariz (rinoplastias) para reconstruir el tabique nasal, y los médicos descubren cada vez más casos de personas con esta adicción en exploraciones nasales. En Ecuador no se identifican casos de este tipo porque el consumo de esta droga es aún minoritario.

- La rinoplastia no siempre es una cirugía reductiva. Hay pacientes que necesitan aumentar el tamaño de su nariz para dar más relieve a la punta, para levantar un dorso hundido o para corregir deformidades tanto de origen congénito como traumático.

- Ciertos hábitos, como respirar inadecuadamente desde la niñez, provocan que la pirámide nasal se deforme.

- Las personas que sufren de rinitis y no son constantes en su tratamiento “permanentemente están presionando su nariz, la aplastan y la rascan porque sienten alivio, pero a la larga van a deformar sus cartílagos y tendrán narices anchas y gruesas”, puntualiza el doctor Fernando Sancho.

Rinomodelación con infiltraciones

El quirófano no es la única alternativa para modificar una nariz. Las inyecciones de productos de rellenos como el ácido hialurónico (AH) permiten infiltrar el producto en las áreas que lo requieren para rellenar surcos, depresiones, etc. Un producto que lo reabsorbe el organismo, razón que lo hace no permanente, por lo que debe renovarse después de seis a ocho meses.

El mercado de la estética también ofrece la rinomodelación con infiltraciones de Artefill, una sustancia que ayuda a la formación del propio cartílago (colágeno 9), “consiguiendo elevar o proyectar la punta nasal, según las necesidades”, dice la doctora Gabriela Rodríguez Plaza, del Centro Estético Renajssence. Ella describe la técnica como mínimamente invasiva. “No utilizamos anestesia general ni se requiere de medicamentos ni drenajes linfáticos... Los efectos son inmediatos sin necesidad de esperar para extraer tapones o yesos, ni tener que sufrir dolor”, asegura la profesional, que realiza al mes 60 intervenciones de este tipo. Los usuarios figuran entre las edades de 19 a 60 años.

Y para los casos en los que se desea solo un afinamiento nasal, lo que se hace es colocar un diluctor en grasa en el área a tratar (ya sea punta nasal, dorso medio o las alas nasales), para posteriormente con la máquina de electroporación (que emite ondas de choque) llegar hasta las células grasas y diluirlas. Una vez activado el principio activo, se comienza a trabajar con movimientos suaves la punta de la nariz.

Según la doctora Rodríguez, solo se requiere de una sesión y los resultados son permanentes. “Al afinar la punta nasal, el rostro se observa más estilizado, delgado y sus rasgos se proyectan”.

Esta técnica, inventada por médicos franceses y ecuatorianos, dice la experta, también beneficia a las personas que después de una rinoplastia han quedado con la temida fibrosis nasal posquirúrgica (cicatrización nasal exagerada que deforma la punta nasal o su dorso).

Correctores o respingadores nasales

Los correctores nasales son unas prótesis que se colocan en el interior de cada una de las fosas nasales. Cumplen con la función de embellecer y respingar la nariz. Los de la marca Pretty se promocionan en las páginas de Internet como invisibles, indoloros y antialérgicos, además de mejorar la respiración, ser de fácil colocación y ofrecer resultados inmediatos.

‘Jesenia’ los vende en una isla de un conocido centro comercial a 15 dólares. Por semana vende de dos a tres y dice que sus compradores son chicos de 16 años en adelante. La marca Premium los define como los correctores originales, de forma curva anatómica, que no se quiebran ni se deforman. Vienen en diferentes medidas, según el tamaño de la nariz. Se los debe lavar con agua y jabón y no dormir con ellos. Pese a que permiten lucir una bonita nariz, los médicos señalan que pueden causar problemas como dolor e inflamación. Su costo va de 15 a 25 dólares.