Consagración . Samy fue reconocida la noche del jueves pasado con el Premio Granasa a la Mejor Deportista Sénior del Año, tras su plata mundial en Hungría.

Arevalo: “Este ano me plantee seguir o parar”

La Mejor Deportista Sénior del 2017 pensó en dedicarse a otra cosa, pero la vida se encargó de responderle con una plata mundial.

La natación es una palabra muy grande para Samantha Arévalo. Desde que tiene uso de razón su vida estuvo ligada a ella. Su padre era deportista y sus hermanos, triatletas. De ahí que desde los cinco años que entró a una pileta no salió nunca más.

Fue precisamente esa adoración por el medio en el que creció lo que la llevó a plantearse en junio pasado si esto del deporte era la suyo, muy por encima de sus cientos de medallas ganadas y las dos participaciones en Juegos Olímpicos que ostenta. “Ya estaba entrenando en Italia. Sin embargo cuando eres joven (23 años) y las cosas no se te dan, llegas a cuestionarte muchas situaciones, entre esas si dedicarme nomás a la universidad, probar nuevas cosas... Un mes después llegó el vicecampeonato del Mundial Absoluto de Natación”, cuenta hoy la reconocida con el Premio Granasa a la Mejor Deportista Sénior del año.

Arévalo vive sus mejores días en el deporte. La sonrisa que se le dibuja en el rostro destella el orgullo de haber tomado la mejor decisión: quedarse. Reina indiscutible de los 10 km aguas abiertas, la nacida en Cuenca pero criada en Macas ya tiene más que claros sus objetivos. Desde enero pasado entrena en el Centro Sportivo Olímpico del Ejército Italiano, en Roma, bajo la supervisión de Fabricio Antonelli. Junto a ella se preparan Rachell Lebrinni, Ariana Bridi, Alice Parno y Martina D’Meme, seleccionadas nacionales de ese país con medallas olímpicas.

“Cierro el mejor año de mi carrera deportiva. Estoy nadando desde los cinco años, por lo que creo que en mí se está cumpliendo un proceso... Veo para atrás y solo puedo decir gracias a Dios. Sin embargo, todo este andar no es solo mi esfuerzo, sino de muchas personas, empezando con mi familia”, acota.

Samy, como la llaman sus más allegados, no solo que subió al podio del Mundial, sino que en noviembre pasado fue la abanderada y la deportista más laureada de la delegación ecuatoriana en los Juegos Bolivarianos en Santa Marta, Colombia. Se coronó campeona de los 5 y 10 km aguas abiertas y obtuvo tres preseas más en piscina.

“El Mundial fue una prueba muy fuerte, siento que marcó un antes y un después... Rompí la barrera del ‘no puedo’ y me planteé ver qué pasaba si me atrevía. Y no fallé”, dice más segura.

Seguirá en Italia. La idea es continuar y que toda esa formación sea puesta en práctica en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Lo suyo son las aguas abiertas, aclara. Las pruebas de piscina están contempladas como entrenamiento, por ello es que estará compitiendo en las siete Copas Mundo de la disciplina que conforman el circuito, así como en los Juegos Odesur (Suramericanos) de Bolivia en mayo próximo.

Quiere y está segura de que va por más, mucho más.