Aplicar la receta. Sera

Los ecuatorianos dijimos no al abuso del poder, la división, la confrontación y la prepotencia, característica del correato. Lasso y Moreno discreparon en modelos económicos y políticos, pero coincidieron en la necesidad de cambio de estilo del gobernante y en la relación con el mandante.

El presidente Moreno estrena el diálogo en un ambiente relajado, contraste que al parecer ha disgustado a los “ovejunos” del correato.

Resulta que ahora el mayor opositor del gobernante es su antecesor. Al respecto, cabe recordar la primera campaña de “los de la Revolución Ciudadana”, en la cual criticaban a la que denominaron la “partidocracia”; la cual describo extrayendo el contenido del libro El séptimo Rafael, de las escritoras Mónica Almeida y Ana Karina López, (página 186): “...Otro de los tesoros de la campaña es el comercial No a la partidocracia; en este la primera toma enfoca a una gacela perseguida por una feroz leona que salta sobre una duna para atraparla. La voz en ‘off’, con una flecha que señala a la leona, advierte: ‘Esta es la prepotente partidocracia que se ha ensañado contigo (entonces aparece una toma de la gacela), el ciudadano común. Te ha hecho su súbdito tu presa’. Estas palabras coinciden con el momento en que la leona atrapa a la gacela y la voz continúa: ‘Se creen los dueños de la patria, ¿hasta cuándo?’. La frase se cierra con una toma de la melena de un león que se alza entre la maleza hasta que su cara queda completamente definida. “Ya basta, los ciudadanos somos dueños de la democracia, los dueños de nuestro país, acabemos con la dictadura de estas mafias que se hacen llamar partidos políticos, terminemos con los abusos de un Congreso decadente, vamos juntos a la victoria, en octubre 15 de 2006, vamos juntos a la Asamblea Constituyente”.

Resulta paradójico que al cabo de diez años, las circunstancias históricas se repitan y que los de la Revolución Ciudadana pasaran a ser los actuales “leones”, queriendo hacer del pueblo simples ovejas. ¿Será que necesitamos repetir la receta de la Constituyente para liberarnos de los ovejunos odiadores?