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Un aniversario agridulce

Se celebran 20 años de la despenalización de la homosexualidad. Activistas y precursores analizan los logros y los derechos que aún están pendientes.

Polémica. En octubre, tras la marcha nacional ‘Con mis hijos no te metas’ para eliminar la presencia del enfoque de género en una ley, colectivos GLBTI acusaron a la Conferencia Episcopal de promover mensajes de odio.

No eran ni veinte, pero decidieron salir igual, a pesar de las miradas de los vecinos, de los transeúntes, de los tortuosos pitos de los autos y del calvario que, sabían, les esperaba una vez que llegaran a la Plaza Grande.

Era 1997, y ser gay en Ecuador era ilegal. Tan ilegal que, semanas antes de ese frío junio, una redada policial había tomado presos a una decena de jóvenes homosexuales en un bar clandestino de Cuenca y pese a que habían sido sometidos a torturas, nadie había levantado un dedo para reportar a los policías responsables.

Gonzalo Abarca, activista GLBTI, lo recuerda como si hubiese pasado ayer, y no hace veinte años. “Teníamos que hablar porque nos estaban matando. Si no exigíamos derechos, no nos los iban a dar”.

Aquel día, seis meses antes de que el Tribunal Constitucional aprobara de manera unánime la despenalización de la homosexualidad, no consiguieron ni una sola firma. Necesitaban al menos mil para denunciar la inconstitucionalidad del artículo 516, que establecía una pena de 4 a 8 años por tener dicha orientación sexual. Lo que sí consiguieron fueron golpes de los toletes policiales y 5 días de prisión por cada uno.

Hoy, fecha en que los activistas recuerdan sus años de lucha, lo hacen con un sabor agridulce, producto de ciertos avances a sus derechos y la perpetua espera de otros.

Así lo indica Ángelo Yagual, activista GLBTI que, durante la época de la ilegalidad fue apresado 25 veces por exigir derechos para su comunidad.

“A nosotros nos tocó pelear, exponernos ante la sociedad y nuestras familias para que finalmente se nos reconociera un derecho tan básico como el de amar a quien queríamos. Y hay avances, pero en Ecuador aún no nos podemos casar, ni adoptar, las chicas trans aún no pueden conseguir un trabajo digno o alquilar un apartamento”, asevera resignado.

Este y otros precursores de la despenalización de la homosexualidad recibieron un homenaje como parte de una agenda por la celebración de la fecha. El evento, realizado en el museo Presley Norton de Guayaquil, es parte de una iniciativa por dar a conocer la historia de esta comunidad.

Diane Rodríguez, asambleísta alterna y directora del movimiento Silueta X, recalcó la importancia de rescatar esta memoria histórica. “En Estados Unidos, se sabe cómo inició el movimiento por los derechos de los GLBTI; en Ecuador, estos héroes anónimos han quedado en el olvido. Sus nombres no figuran en los libros de historia”, señaló.

Entre las cuentas pendientes, consideran algunos de los activistas está también la búsqueda de la inclusión social.

En una entrevista, Estrella Esteves, parte de la agrupación ‘Coccinelle’, indicó que hay temas no resueltos, como el cambio de género en la partida de nacimiento y la necesidad de fomentar la educación en derechos de los ciudadanos.

Para otros, la igualidad social es un reto pendiente para el estado, pues marchas como la reciente, ‘Con mis hijos no te metas’, que generó polémica a nivel nacional y llevó a grupos GLBTI a acusar a la iglesia católica de promoveer mensajes de odio, no se llevarían a cabo.