Determinantes. Ángel Di María y Éver Banega se juntaron para anotar los dos goles del triunfo argentino sobre Chile, anoche.

Angel Di Maria hizo que la albiceleste se olvide de Messi

Error en el himno. La organización de la Copa cortó antes de tiempo el himno de Chile y puso la canción oficial, de Pitbull.

Las dudas fueron despejadas. Argentina sí pudo alcanzar su máximo nivel sin la necesidad de Lionel Messi. Anoche derrotó al campeón vigente, Chile, por la primera fecha del grupo D.

El rendimiento gaucho fue óptimo, en gran medida, gracias al aporte de Ángel Di María. Él se convirtió en la principal salida del ataque y en el hombre más peligroso. Tenía una razón extra para mostrar ese nivel: dedicó el partido a su abuela que acababa de fallecer. Él mismo lo contó al final, con derramando lágrimas.

Apenas se jugaba un minuto cuando Di María desbordó y sacó un centro preciso para que Nicolás Gaitán remate y envíe el balón hasta el horizontal.

Aquella jugada fue el anuncio de lo que iba a buscar Argentina. La ausencia de Messi obligó a cambiar el esquema y el tipo de ataque. Ya no se insistió por la mitad. Los desbordes fueron la principal apuesta. Di María corrió por izquierda durante los primeros minutos y fue muy peligroso. Llegó tres veces con claridad.

Cerca de los 25 minutos se cambió hacia el costado derecho pero allí perdió influencia. Sus diagonales carecieron de sorpresa y eso permitió que Chile también se sienta seguro para lanzarse al ataque. El resultado fue un partido muy entretenido, con peligro en los dos arcos.

Pero en el segundo tiempo Di María volvió a la izquierda. Se juntó con Éver Banega y entre los dos fueron imparables. Tras una mala salida chilena, Banega cedió para que el ‘Fideo’ remate y anote.

Minutos después el extremo del París Saint Germain devolvió la cortesía. Cedió el pase para que Banega dispare y marque el gol del triunfo.

Chile intentó y solo al final descontó gracias a Fuenzalida.