
Un anfitrion imbatible
En casa manda el Ídolo. Ese es el mensaje que Barcelona deja a todos los clubes en el torneo nacional, tras 13 triunfos y un empate. Ayer la víctima fue Universidad Católica, que recibió tres goles a pesar de comenzar por delante en el marcador.
En casa manda el Ídolo. Ese es el mensaje que Barcelona deja a todos los clubes en el torneo nacional, tras 13 triunfos y un empate. Ayer la víctima fue Universidad Católica, que recibió tres goles a pesar de comenzar por delante en el marcador.
Fue una primera etapa muy cerrada para el Ídolo. Universidad Católica dejó su libreto de buscar siempre el arco contrario en Quito, y su línea de volantes conformada por Horacio Orzán, Jonathan Lucas y Wilmer Godoy era el primer muro de Barcelona a la hora de crear.
Jorge Célico dejó como únicos referentes en ataque a Sergio Mina, Luis Miguel Escalada y Elvis Patta, en doble función, aportando en defensa y acompañando en ataque.
En teoría era una estructura cómoda para la zaga torera, pero incómoda para la parte de arriba. Los que más sintieron la carga fueron los generadores de juego, Damián Díaz y Washington Vera. Este último fue al que más le costó aparecer, tanto así que su participación acabaría con el primer tiempo.
Pero el constante empuje de los amarillos iba agrietando el plan perfecto de los camaratas en defensa. Disparos de Ely Esterilla, Marcos Caicedo y hasta de Matías Oyola, de tiro libre, pusieron en alerta al cancerbero Hernán Galíndez, que iba a cerrar unos impecables primeros 45 minutos.
El marcador en el Monumental iba a inaugurarse y no precisamente por el local. Contragolpe y pared entre Mina y Escalada, el ex-Emelec filtró una ‘cucharita’ precisa para que, de primera, el ‘Salchicha’ envíe la pelota a las redes.
Pero en el epílogo del complemento, Barcelona iba a sufrir la baja de Oyola. Roja al capitán por reclamos. Se preveía un oscuro panorama, que cambiaría.
Primero, expulsión a Cortez de la Católica y, a renglón seguido, el goleador Jonathan Álvez igualó de cabeza. Quedaba mucho partido aún en el Coloso del Salado.
En menos de diez minutos, el ‘Diamante’ amarillo reapareció y en la segunda pelota que conectó los toreros le dieron vuelta al marcador. La fiesta iba a seguir: Esterilla asistió a Darío Aimar, que firmó el gol que significó tranquilidad y sentencia.
El Ídolo sigue invicto en casa y su artillero charrúa volvió con gol. En la próxima jornada, Delfín esperará por los toreros.