Andres Crespo Reinberg

Andrés viajó a la eternidad y debe estar ya en la corte celestial, que se sentirá honrada y complacida teniéndolo en calidad de colaborador vitalicio.

Distinguido por su confianza y como pediatra, atendí a sus hijos Andrés, Sebastián, Marcelo y Simón, épocas durante las cuales derrochó una dedicación paternal ejemplar.

A nivel gubernamental, el trato frecuente consolidó entre nosotros un afecto fraternal, fortalecido por su apasionamiento hacia la política y la historia, todo esto matizado con sus ideas humanistas que impulsaban su afán de servicio siempre direccionado hacia las reivindicaciones sociales.

Ayudó con otros colaboradores a la creación de los DRI-Sistemas de Desarrollo Rural Integral, cuyo objetivo era llevar sobre todo a las comunidades indígenas y a las áreas rurales los adelantos de la civilización y así sacarlas del abandono tras décadas de olvido.

Periodista franco, incisivo y valiente, escribió en la revista Vanguardia que fundó y presidió, orientando sus opiniones contra la corrupción y los delirios mesiánicos y demagógicos de políticos de turno, siempre entusiasmado en reivindicar su clase con miras a que se ubique en un sitial de respeto y credibilidad en el campo informativo.

Jurisconsulto de fuste, ejerció la abogacía con gran fervor y ética, reivindicando la razón y la verdad y combatiendo a sus detractores, procurando borrar el calificativo de profesión de lucro, monetarizada y especializada en tráfico de influencias.

Su desempeño como secretario general de la Administración Pública fue estupendo, pues gracias a sus destrezas, habilidades y a la extraordinaria facilidad de moldear plastilínicamente las circunstancias, manejó la problemática administrativa con claridad, firmeza y versación, pero sobre todo con gran diplomacia e ironía.

El autosacrificio, su lucha contra lo establecido, así como sus elevados ideales en pro de la libertad y democracia, evidenciados intensamente en su enfrentamiento con los gobiernos dictatoriales, su claridad mental y su fortaleza de espíritu jamás serán olvidados. Descansa en paz querido amigo.

Y sigo andando...