America Latina: ola de populismo de derecha
Aproximadamente 46 % del electorado brasileño votó por Jair Bolsonaro, un político de retórica populista radical de derechas, marcada por el autoritarismo, la xenofobia y la misoginia. ¿Su éxito augura una nueva era de política radical de derecha en América Latina? Todo indica que Bolsonaro será el próximo presidente de Brasil. Muchos observadores argumentan que la ola de populismo de derecha que viven EE. UU. y gran parte de Europa se dirige ahora a América Latina, donde existen condiciones propicias para que prosperen políticos populistas. Pero hay diferencias clave entre el contexto latinoamericano, el brasileño inclusive, y el de Europa y EE. UU. En Europa, el principal problema que alimenta el apoyo a la derecha radical es la inmigración; en América Latina los ciudadanos están más preocupados por la prosperidad económica y la seguridad pública, y en EE. UU. la agenda del presidente Trump depende de la lealtad partidista. Por el contrario, Bolsonaro no tiene una poderosa maquinaria partidista para respaldarlo. El fenómeno Bolsonaro ni siquiera es representativo de la política latinoamericana más amplia, que últimamente se ha desplazado hacia la derecha, pero sigue siendo moderada: Mauricio Macri en Argentina y Sebastián Piñera en Chile han gobernado como líderes de centroderecha. Así, parece claro que el surgimiento de Bolsonaro es resultado directo de circunstancias particulares de Brasil: una devastadora recesión económica y revelaciones de escándalos de corrupción masiva que han manchado el PT y a toda la clase política del país. Pero la perspectiva es muy peligrosa. Las condiciones son muy similares a las que facilitaron el auge del venezolano Hugo Chávez, quien implementó reformas institucionales radicales que le dieron poder prácticamente ilimitado para subvertir los procesos democráticos y que son razón clave por la cual su sucesor, Nicolás Maduro, ha podido convertir al gobierno de Venezuela en un régimen autoritario. Igual que Maduro, a Bolsonaro le sería difícil gobernar de otra manera. Necesitaría asegurar un amplio apoyo público y entre las élites políticas y empresariales, pero el nuevo Congreso, más conservador que el anterior, está muy fragmentado, con partidos de izquierda y de derecha que han perdido apoyo, lo que le dificultará continuar su programa legislativo, a menos que logre apoyo de una amplia coalición. La comunidad empresarial está dividida por serias dudas sobre la sostenibilidad de las reformas neoliberales propuestas. Y es posible que tenga dificultades para mantener el apoyo popular por los desafíos que enfrentará para cumplir sus promesas de campaña si no puede producir resultados rápidamente. En estas circunstancias, Bolsonaro y sus aliados militares bien pueden recurrir a socavar la democracia de Brasil, como lo hizo Chávez, gobernar por decreto, purgar instituciones estatales, silenciar medios de comunicación y reprimir a la sociedad civil. Esto sería irónico pues en la campaña, Bolsonaro a menudo advirtió que un gobierno del PT transformaría a Brasil en Venezuela. América Latina en general no enfrenta una ola populista de derecha, pero Brasil enfrenta un potente amenaza. Los principales partidos de derecha e izquierda tendrán que tomar una posición fuerte y efectiva en defensa de la democracia liberal.
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