Es normal que la gente quiera estudiar para aprender a manejar negocios rentables y mejorar sus condiciones de vida; pero, por desgracia existen personas que tienen ambición desmedida por el dinero y no les importa realizar cualquier actividad ilegal. Así podemos citar a los delincuentes comunes y corrientes. Pero hay una categoría de ladrones que son “envidiados” por sus infortunados colegas. Me refiero a políticos y funcionarios, que atracan los fondos del Estado o reciben sobornos o coimas. Los primeros terminan en la cárcel, y los últimos también, cuando el presidente de un país deja que la justicia actúe de manera imparcial y no permite la impunidad.

Lic. Jhonny Muñoz