
Alumnos y docentes, juntos en proyecto
‘Mi Barrio, mi aporte’ es una iniciativa de Cristhian Bravo, fundador del Colectivo Cultural Cronopios- El Oro y estudiante de la carrera de Arquitectura de la Universidad Católica de Guayaquil. Él sumó a su compañero Daniel Alcívar y a Enrique
‘Mi Barrio, mi aporte’ es una iniciativa de Cristhian Bravo, fundador del Colectivo Cultural Cronopios- El Oro y estudiante de la carrera de Arquitectura de la Universidad Católica de Guayaquil.
Él sumó a su compañero Daniel Alcívar y a Enrique Mora, ganador del premio Bienal de Arquitectura, y el español Juan Carlos Bamba, ambos catedráticos de Diseño Arquitectónico de la mencionada universidad.
“El proyecto busca cambiar las dinámicas tradicionales de acción comunitaria; es decir, ellos mismos nos dan a conocer sus problemas y nosotros planteamos soluciones técnicas, en este caso del Barrio Choferes Sportman del cantón Huaquillas (El Oro)”, dijo Bravo.
Allí arreglaron la casa comunal, a la que le van a dar un nuevo uso (venta de comida) y construyeron un parque junto a este espacio.
Cada fin de semana, por alrededor de tres meses, los profesionales han ido a este sector como aporte social y sin recibir honorarios extras, con el único objetivo de vincular a la academia con la comunidad.
“Son acciones de bajo presupuesto, realizadas con la mano de obra de la comunidad y, en ocasiones, con materiales reciclados. Con ello se evidencia cómo se pueden hacer trabajos de bajo costo, bien hechos, que solo con la academia se puede lograr”, manifestó Mora.
El proyecto se lleva a cabo en tres fases. La primera es la implementación de un sistema de diseño participativo, involucrando a la comunidad. La segunda es la socialización y desarrollo de la propuesta integral de diseño participativo. La tercera y última fase es la ejecución de la propuesta final, en coordinación con los habitantes de la comunidad.
Según los arquitectos, al involucrar a la comunidad en el proyecto, logran que los ciudadanos se empoderen de su barrio, lo construyan y sean ellos mismos quienes cuiden su lugar de residencia.
“La idea, en el futuro, es lograr incluir a más estudiantes en el proyecto mediante talleres de diseño y con mano de obra, para ayudar a mejorar técnicamente los espacios públicos de distintos lugares del país”, señaló Bamba.
La ejecución del proyecto será posible gracias a la financiación de la Cruz Roja Ecuatoriana, quienes han auspiciado con los materiales para realizar la fase final de la obra.
Esta propuesta ciudadana busca desarrollar planteamientos integrales a través de arte y arquitectura, para solucionar deficiencias en el espacio público de los barrios o comunidades del país. Para esto es necesaria la vinculación económica del sector público y privado. GTS