La captura de un supuesto secuestrador que habitaba una vivienda alquilada en la urbanización El Río, ubicada en la vía Samborondón, despertó la preocupación de los residentes de la zona. El caso, sumado a otros robos a domicilios que se han suscitado en el sector, provocó que los presidentes de las ciudadelas convoquen a una reunión para abordar el tema de la seguridad.

Entre las inquietudes de los habitantes está el reciente descubrimiento del alquiler de una suite en Los Lagos que se realiza por medio de la plataforma AirBnB, lo que para muchos es un procedimiento que vulnera las normas de seguridad de la urbanización, especialmente por el constante ingreso de personas desconocidas.

Al entrar a esta plataforma, EXPRESO pudo constatar que esta forma de alquiler también se registra en Entre Ríos, Ciudad Celeste, Aquamarina, Isla Sol, Río Grande y Castelnouvo, en la vía Samborondón. Y en Laguna Club, Bosques de la Costa, Valle Alto o Puerto Azul, en la vía a la costa. Todas con buenos comentarios por parte de exusuarios de los cuartos independientes.

Para Rodrigo Cevallos, quien presidió la Federación de Organizaciones Sociales La Puntilla (Foslap), un grupo que se creó en 1998 y está inactivo desde el 2008, en efecto este tipo de servicio tiende a vulnerar la seguridad.

“Desafortunadamente hoy tenemos un mal que afecta a la sociedad, como es el narcotráfico, y eso nos lleva a desconfiar de todo”. Por ello en La Puntilla, manifiesta, está prohibido el hospedaje de este tipo. “Si se arrienda una habitación, una vivienda, debe ser a largo plazo. Eso nos da la opción de estar pendientes de las actividades que se realizan”, agrega.

Teniendo en cuenta que este servicio está vigente y ha dado buenos resultados en otras ciudades, Vicente Vélez, presidente de Bouganville, lo considera beneficioso, aunque aclara que en su vecindario no se ha reportado ningún caso.

“Se supone que la plataforma es segura, estamos hablando de un servicio internacional”. Que hoy muchos le teman es comprensible, admite. “Hay formas de fortalecer la seguridad”.

Para Rodolfo Aguayo, presidente del comité de Entre Ríos, una de ellas radica en el intermediario y las recomendaciones que le pide al ‘visitante’. Aguayo en una ocasión tuvo a seis extranjeros mediante la plataforma AirBnB y le fue bien. Sin embargo optó por no usar más el servicio porque incluso a él, que había realizado investigaciones previas a los hospedados, le dio recelo saber a quién tenía en casa.

Respecto a las viviendas de su vecindario que ofrecen el servicio, el comité dice desconocer a quién corresponde “porque en la red no te dicen de primera los datos y aquí no hay cartel que lo anuncie”. No obstante, en los nuevos estatutos que realizarán se contemplará este tema: o bien para controlarlo o evitar que en su totalidad lo promuevan.

Carlos Pástenes, administrador de Vía al Sol, en la vía a la costa, menciona que en los estatutos de la urbanización se especifica que el alquiler de casas debe hacerse exclusivamente a familias, no a personas independientes. “Si detectamos eso le enviamos un correo al propietario y se le indica que según el reglamento interno eso no puede suceder”, explica.

El mayor Pablo Velázquez, jefe (e) del distrito Samborondón, menciona que esta clase de alquiler no es un factor determinante para cometer un delito, pero sí puede influir.

“El delincuente siempre aprovecha cualquier oportunidad, y los moradores de estas urbanizaciones creen que es suficiente tener guardias o circuitos de cámaras. Arriendan a personas que, si bien pueden conocer en ese momento, no saben exactamente quiénes son y con qué intenciones van”, acota el oficial.

Velázquez menciona que la mayoría de robos que se han suscitado en las urbanizaciones han sido porque desde adentro reciben información del estado de las viviendas o permisos de ingreso.

Un comité por la seguridad

Ante los casos de inseguridad, desde hace varias semanas el comité de moradores de las urbanizaciones Entre Ríos y Bouganville, apoyados por los representantes de ciudadelas aledañas, analizan la idea de crear una comitiva conjunta que luche por el bien común de la parroquia urbana La Puntilla.

Para ello, según lo dieron a conocer ayer durante una reunión, pretenden reactivar la Federación de Organizaciones Sociales La Puntilla (Foslap), que se creó en 1996 y está inactiva desde 2008, y que precisamente veló por los intereses de la zona, sobre todo en el ámbito de la seguridad.

La dotación policial y la movilización de los agentes, precisan, es escasa; y la infraestructura de la Unidad de Policía Comunitaria (km 1), de igual manera, no es la más adecuada. “Queremos fortalecer además la seguridad fluvial. Foslap podría facilitar la preparación a guardias, hacer una coordinación con la Policía... La idea es que todos nos unamos para tener una parroquia segura”, dijo Pablo Donoso, miembro del comité de Entre Ríos.