Ser agradecido es una virtud
S er agradecidos no requiere de palabras, es una cuestión de actitud. Nadie apunta en su agenda de vida los favores recibidos. Cuando se comprende que la gratitud es un beneficio para quien da y recibe, todo fluye en armonía. La gratitud es una puerta a la abundancia. Los corazones generan alegría, bienestar en el que da y recibe. La ingratitud, la soberbia y la envidia tienen mucho que ver con ser ingrato. El ingrato lleva un veneno oculto en el inconsciente, no ve la felicidad en el otro. “Ingrato es quien niega el beneficio recibido: ingrato, quien no lo restituye, pero de todos el más ingrato quien lo olvida. Mendigo como soy, también soy pobre en agradecimiento.
Javier Valarezo Serrano