Aficionados a la caza cuestionan un articulo de la ley ambiental

Con asombro he visto que la mayoría de los asambleístas se ha dejado convencer por un grupo minoritario y ha aprobado un artículo en la ley ambiental, prohibiendo la cacería deportiva. Nada hay que justifique esa medida, ni estudio que sustente esa decisión. Ya desde hace dos años, el Código Penal castiga con cárcel a quienes maten animales vulnerables, o en reservas nacionales o en época de anidación. La lista del Ministerio de Ambiente señala que hay 1.592 variedades de aves en el Ecuador, de las cuales son de interés para los aficionados a la caza, apenas 9; o sea, menos del 1 % de las especies, las cuales son comestibles y aprovechadas.

Lo que intentan es convertir en ley su disgusto por la caza, mientras no tienen problema en comer carne de miles de animales que mueren porque los compramos y que no son silvestres sino criados y cuidados por las personas que luego los mandan al camal. Si hablamos de maldad, mayor sería hacer matar animales domesticados que silvestres. Sería terrible que el simple disgusto se vuelva una ley. Supongamos que una de las tantas personas que odian el fútbol llega a la asamblea,y canaliza su sentimiento tratando de prohibirlo. Puede argumentar que mueren y quedan heridos jugadores y espectadores, y que hay broncas, borracheras e insultos, y que por tanto hay que prohibir ese deporte. Sería un disparate, ¿verdad?. Pero sería menos disparatado porque al menos se haría con el pretexto de proteger a seres humanos.

Rafael Parra G.