Los niveles de producción y el desarrollo de la industria camaronera y bananera de la Costa han llevado a visualizar la posibilidad de convertir a Guayas en un ‘hub’ agroindustrial, explotando las fortalezas de la provincia por su situación geográfica y su intensa actividad productiva. Es una meta que para ser realidad requiere de planificación a mediano y largo plazo y de estrategias bien estructuradas. Y para ello hace falta tomar decisiones acertadas.

Una de ellas es la ubicación de su aeropuerto, que con base en esta visión ya no dependería únicamente de alcanzar un número específico de pasajeros sino también de la proyección de carga a movilizar, tanto del exterior, como procedente de las provincias circundantes. Panamá ya ha convertido su aeropuerto en un intercambiador regional y nosotros podríamos seguir su ejemplo.

Asimismo, el nuevo aeropuerto podría transformarse en un dinamizador de la economía, no solo de Guayas, Los Ríos y El Oro, sino de otras localidades de la Sierra, como Bolívar, Cañar, Azuay y Chimborazo, que por su cercanía lo utilizarían para viajes dentro y fuera del país.

La ubicación del aeropuerto regional debe ser el resultado de acuerdos entre prefecturas y alcaldías que serían las usuarias del mismo. Esto es común en otros países, Ecuador no debe ser la excepción.