Acuerdos

Aunque para todos sea clara la línea que separa al terrorismo de las reivindicaciones políticas legítimas, el tribalismo moderno busca desdibujarla. Esto es propio del desarraigo y del ‘mass media’, pues desde siempre se encarcelan terroristas; pero no es sino desde el siglo pasado que estos logran, aun a control remoto, usar la zozobra y los acertijos identitarios para fragilizar al poder formal.

Por eso quedará grabado en la opinión pública como el más importante momento de la semana que termina, cuando distinguimos entre criminales y activistas. Bien dice Shapiro que en las negociaciones más álgidas tiene las de ganar el que controla las connotaciones. Los delincuentes y saboteadores se olvidaron de aquello.

Mientras escribo estas líneas el Gobierno difunde en rueda de prensa su primera oferta para el movimiento indígena, poca cosa para los que esperábamos un acuerdo. Pero aunque no existe acuerdo, escuchando a José Agusto Briones, secretario de la Presidencia, descubre uno que Gobierno y movimiento indígena no están lejos de la cooperación.

Cuenta Agusto Briones que el corredor que siguió la movilización indígena en el centro de Quito el 9 de Octubre fue acordado para distinguirlo del de grupos vandálicos y construir confianza; dice Agusto Briones que el orden y la paz son prerrequisitos acordados para negociar; o que la atomizada representación indígena debe ordenarse y que también sobre ello están de acuerdo. Dice en fin Agusto Briones cuando entra en calor, personificando gramaticalmente al Estado, que “no ponemos condición; la única condición es la paz”.

Si están bien negociados los términos en que se enmarcará la negociación, lo dicen los expertos, el contenido será acordado. Con ese toque lírico, señor secretario, con esa sensible personificación del rol que le ha tocado jugar en estos días a toda la ciudadanía, es posible liderar un acuerdo. Ya lo primero parece estar resuelto, enfatice aún más en el acuerdo sobre cómo llegar a un acuerdo que en el contenido mismo, pues mientras uno permanece, el otro es pasajero. El resto es cuestión de política y ya no de terrorismo.