
El acuerdo abre la puerta a una rebaja de precios
El sector empresarial amaneció ayer con un mejor semblante. Tras confirmarse que el 11 de noviembre será la fecha definitiva para firmar un acuerdo con la Unión Europea, algunos exportadores se preparan para recuperar el terreno comercial que dicen ha
De la tensión al optimismo. El sector empresarial amaneció ayer con un mejor semblante. Tras confirmarse que el 11 de noviembre será la fecha definitiva para firmar un acuerdo con la Unión Europea, algunos exportadores se preparan para recuperar el terreno comercial que dicen haber perdido en ese mercado. Los importadores, por su parte, auguran diversidad de productos y mejores precios para el mercado.
Los bananeros cuentan que solo este año el sector redujo en un 10 % su participación en este bloque, al disminuir en 30 millones las cajas vendidas. ¿La razón? Los altos aranceles que han venido encareciendo la fruta. “Con este acuerdo, este arancel bajará de 126 a 97 euros por tonelada, un centavo más de lo que hoy está pagando Colombia. Y un centavo no es nada para los 60 que estamos pagando”, explica Eduardo Ledesma, presidente de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE).
Una expectativa similar tiene el sector camaronero, que con este tratado piensa defender “con uñas y dientes” su título de mayor proveedor de este crustáceo, con un oferta de 250 millones de libra por año. No lograrlo, explica José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, hubiese significado tener que pagar un 12 % más en pagos.
Dentro del país, el acuerdo también promete mejorar las condiciones. Como la de hallar licores europeos que pueden llegar a comprarse a mitad de precio, o como el de poder adquirir carros hasta un 35 % más barato, en un lapso máximo de 7 años.
Este acuerdo comercial no plantea una relación “entre un gigante y un país pequeño”, sino un trato entre dos socios que estén a un mismo nivel. Así lo explicó ayer Marianne Van Steen, embajadora de la Unión Europea en Ecuador, quien junto a Juan Carlos Cassinelli, ministro de Comercio Exterior, tradujeron en cifras lo que este acuerdo significa.
La entrada en vigencia, dijo Cassinelli, permitirá que la oferta ecuatoriana se incremente en un 1,6 % hasta el año 2020, logrando crear al menos 41 mil plazas de trabajo. La lógica es que al haber mejores posibilidades de venta, industrias de banano, atún, camarón, flores incrementen su capacidad productiva y con ello generen empleo. “Más en circunstancias en que son industrias que sobre todo provienen de las provincias que fueron afectadas por el terremoto de abril”.
Cassinelli explicó ayer que a 14 días de la firma oficial, el país desarrolla desde ya una agenda que incluirá reuniones y la elaboración de informes para que la Corte Constitucional de Ecuador y la Asamblea Nacional ratifiquen lo actuado. Un proceso parecido deberá realizar el Parlamento Europeo. Según el funcionario, se trata de cumplir con el protocolo que formalizará el acuerdo que ya es todo un hecho.
Para lograrlo, admitió, se debieron resolver algunas diferencias de criterios relacionadas a política de salvaguardias o de propiedad intelectual, temas que, en ningún caso, obligaron a que el país deba “ceder” en sus posturas. Al contrario, dijo, el país con fundamentos pudo demostrar que muchas de las restricciones que aplicó respondían al desequilibrio de su balanza de pagos que, una vez recuperada, permitió que el país se “comprometiera” al desmantelamiento de las salvaguardias al producto importado y a la eliminación de los cupos de carro.
Marianne Van Steen aclaró que como bloque buscaban hallar con Ecuador un tratado que implique un “comercio justo, estable y con reglas claras” para ambas partes. Van Steen agradeció la voluntad que ha tenido el país para resolver ciertos temas. Cambios que, dijo, seguirán monitoreándose. Lo importante es que existe confianza en los 28 países que se adhieren a este acuerdo.