Acción Ecológica pide explicaciones. Ayer, sus representantes exigieron que el Ministerio del Interior compruebe que han incurrido en actos de violencia.

Esa fue una de las acusaciones del Ministerio para solicitar la disolución de la organización ambientalista. Se le acusa, además, de alejarse de los fines y objetivos por los que fue creada “promocionando la violencia y la discordia social”.

Ayer, los representantes de Acción Ecológica rechazaron esas aseveraciones y defendieron su activismo en favor del respeto de los derechos de la naturaleza. “Se pretende silenciar a una organización que defiende la naturaleza”, dijo Esperanza Martínez, líder de la agrupación.

Por la tarde, ella y sus compañeros acudieron al Ministerio del Ambiente -entidad a cargo del proceso- para presentar sus descargos. Entre ellos, el cumplimiento de procedimientos, la existencia de estatutos y las muestras de su actuación.

Para el Ministerio del Interior, Acción Ecológica dejó clara su postura de apoyo, en redes sociales, a los actos violentos suscitados en el campamento minero de la empresa EXSA, en Morona, el 21 de noviembre y el 14 de diciembre. Se los acusa, también, de participar en movilizaciones que promocionan la discordia y los enfrentamientos con la fuerza pública.

La organización, de su parte, ratificó su solidaridad con la nacionalidad Shuar y rechazó la minería a gran escala.

Si se cumple el cierre, Acción Ecológica sería la tercera organización que desaparece, según el exalcalde de Quito Roque Sevilla. Antes fueron Fundación Natura y Fundación Pachamama.

Solicitan una comisión para la paz

Sobre el conflicto en la Cordillera del Cóndor, Acción Ecológica solicita una comisión de paz y armonía con la naturaleza. “Creemos que para alcanzar esta paz necesitamos un baño de verdad sobre lo que está ocurriendo en esos territorios del país”, señaló la representante Esperanza Martínez.

Martínez recordó que Acción Ecológica es una organización “que durante 30 años ha defendido a la naturaleza”. Además, es parte integrante de la Federación Internacional de Derechos Humanos. Ayer recibieron cartas de respaldo a su trabajo.