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Un accidente fatal moviliza al Gobierno y desnuda falencias

Murieron calcinadas 14 personas y hubo 30 heridos. El conductor tenía 52 infracciones y el bus no contaba con revisión actualizada z Inician investigaciones.

Los familiares de los fallecidos en el accidente llegaron al anfiteatro de Machachi, donde se encontraban los cuerpos. Se les informó que estaban calcinados.

El volcamiento y posterior incendio de un bus de la cooperativa La Maná dejó la noche del viernes 14 muertos calcinados que deberán ser identificados por las pruebas de ADN, en un nuevo accidente registrado en la vía Alóag-Santo Domingo.

La crudeza del accidente y los factores que lo rodearon provocaron, por primera vez, una reacción tajante de las autoridades. Cuatro ministros y los representantes de las instituciones de control y de la Prefectura de Pichincha dieron un informe público, en el que no solo anunciaron medidas más estrictas, sino que se reconocieron las fallas en los controles.

En este caso, el conductor, quien falleció en el accidente, acumulaba 52 infracciones de tránsito y el bus salió de la terminal de Quitumbe, pese a que no contaba con la revisión técnica vehicular actualizada.

A diferencia de los casos anteriores en los que la suspensión de permisos de operación a la cooperativa involucrada era únicamente por la ruta donde se produjo el accidente, esta vez la medida es total. La Maná no podrá operar a nivel nacional hasta que se compruebe si cumple con los permisos.

Las autoridades anunciaron que no solo se investigarán las causas, sino los diferentes niveles de responsabilidad.

La preocupación por el peligro en las carreteras hizo que se conformara una mesa técnica de seguridad vial, que se instaló para determinar si las causas estructurales también contribuyeron al hecho mortal. Sin embargo, Gustavo Baroja, prefecto de Pichincha, aseguró que la vía está en buenas condiciones y que en el km 31, donde se produjo el accidente, se encuentran las señaléticas.

Sin embargo, la cantidad de accidentes desata dudas sobre si es el exceso de velocidad, como dicen las autoridades, es la real causa o si la forma de la vía o la disposición de carriles también son determinantes en la siniestralidad. En tres años, solo en siete grandes accidentes, entre los kilómetros 15 y 90, han muerto medio centenar de personas.

Hace un poco más de un mes, dos accidentes con apenas nueve días de diferencia, se tomaron las vidas de dos personas en la vía Alóag-Santo Domingo. Este viernes por la noche el dolor volvía a tomarse esa ruta, como sucedió el 2014, con 15 muertes.

En el pronunciamiento de los ministros del Interior, de Transporte, de Salud, de Inclusión Económica y Social, la Agencia Nacional de Tránsito, la Policía y la Prefectura de Pichincha, se anunció que el presidente de la República, Lenín Moreno, convocará para la próxima semana a una mesa multisectorial para tomar medidas más eficientes en el manejo de la seguridad vial y evitar más escenas de dolor.

Luis Valladolid miraba fijamente la entrada de la morgue de Machachi, en el cantón Mejía. Esperaba que alguien saliera para entregarle el cadáver de su hija Martha, de 26 años. “Me llamó por teléfono para decirme que llegaría a Santo Domingo, a las once de la noche”, comentó el hombre. Ella viajaba en el bus que se dirigía desde Quito hacia La Maná (Cotopaxi).

La chica iba acompañada de su marido Hernán Paucar y la hija de ambos. Su padre les esperaba en la capital tsáchila. “Me iba a reunir con mis cuatro hijos. Siempre nos juntamos para conversar y saludarnos”, comentó. Antes de la medianoche, recibió una llamada de su yerno. Paucar le dijo que tuvieron un accidente y que Marthita quedó atrapada en el bus. No lo creía. Cuando le preguntó sobre su estado, le respondió que había muerto. Lo que no sabían los familiares era que los fallecidos iban a necesitar un análisis de ADN para ser identificados.