Su edificio de departamentos ha estado custodiado todo el día por una decena de vehículos, sin placas y con vidrios oscuros.

Acceso restringido solo a residentes en la ciudadela donde reside Glas

EXPRESO ha permanecido todo el día al pie de su vivienda a la espera del vicepresidente que no se ha movido de su vivienda.

El vicepresidente Jorge Glas no ha salido hoy de su casa en todo el día, pero una ventana de su departamento ha estado abierta durante horas. No se ha asomado nunca. Permanecer recluido en su casa un lunes no cuadra con la agenda que el mandatario ha mantenido en las últimas semanas, llena de entrevistas y actos públicos en los que defender su inocencia. Hoy, era un día clave. Su libertad de circulación está en juego desde las 9.00 de la mañana cuando estaba prevista la audiencia ante la Corte Nacional de Justicia en la que la Fiscalía ha pedido agravar las medidas cautelares desde la prohibición de salida del país a la prisión provisional.

EXPRESO ha estado desde las 10.00 de la mañana al frente de su casa. Es el único medio que ha accedido a los alrededores de la vivienda de Glas en la urbanización privada Portal al Sol, en el kilómetro 11,5 d ella Vía a la Costa, en Guayaquil.

Su edificio de departamentos ha estado custodiado todo el día por una decena de vehículos, sin placas y con vidrios oscuros. Según uno de sus empleados de seguridad, Glas vive en el piso 12. Los agentes ni siquiera han permitido a este Diario recorrer los alrededores de la vivienda.

Fuera de la ciudadela, los demás medios de comunicación esperaban alguna pista sobre los movimientos del vicepresidente, en tanto el juez Miguel Jurado meditaba sobre las nuevas medidas cautelares. La urbanización ha decidido cerrar sus puertas a las 16:00 para evitar cualquier tipo de incidente o manifestaciones, pese a que los vecinos y la administradora de la ciudadela han explicado que su día a día siempre han transcurrido tranquilo. Los residentes tienen que identificarse para entrar.