Cira Rendón Psicóloga clínica

El abuso animal: evidencia un futuro abuso humano

“En la mayoría de los casos, sí. Está comprobado. Quienes en su infancia o adolescencia patearon a un perro, encerraron a un gato o le arrancaron las alas a un insecto para evitar que pueda volar, a futuro tienden a maltratar a sus parejas e hijos... se convierten en criminales o en seres manipuladores que menosprecian la vida de cualquier ser viviente y buscan ejercer su poder sobre los demás. El abuso hacia los animales no es simplemente un “detalle más” en la personalidad de un individuo, es un gran síntoma de desorden mental. Si queremos que un hijo no abuse, mate o viole a sus pares de grande, entonces debemos estar atento a las señales que nos da. Un asesino comienza torturando a sus mascotas cuando es pequeño, dicen los estudios. Por tanto, la corrección en torno a esas conductas es lo que restablecerá sus valores éticos y morales y cambiará su forma de pensar”.

“Pues sí. Alguien que agrede a un animal puede convertirse efectivamente en abusador social. La crueldad hacia los animales no es una válvula de escape inofensiva en un individuo sano... es una señal de alarma que evidencia el rechazo que uno siente hacia la vida, uno mismo y los demás. La crueldad origina violencia, y la violencia, delincuencia, lo debemos tener claro. Y en ello las escuelas, los padres y la sociedad -a través del ejemplo y los programas de prevención- deben intervenir. Que la mayoría de los infantes en algún momento de sus vidas tienden a lastimar a los insectos como parte de la exploración del mundo, es totalmente cierto. Sin embargo, con el correcto asesoramiento de los padres, logran comprender que estos merecen respecto, que son sensibles al dolor.