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El 70 % del oro que sale del

Nambija. Esta ha sido una de las zonas donde mayormente se desarrolló una minería de carácter informal.

El combate a la minería informal, que unió a Ecuador y Perú en 2014 tras la firma de un convenio marco para establecer planes de acción de lucha y control, es otro punto a considerar en el problema que enfrentan los empresarios del sector.

EXPRESO publicó, el miércoles pasado, que el precio de los minerales y la escasa producción juegan en contra del país. Pero a criterio de empresarios del sector, el tema de la minería ilegal es, quizá, mucho más complejo.

Las áreas de extracción y rutas de comercialización involucrarían a zonas fronterizas de Ecuador, Perú, Colombia, Brasil y Bolivia, lo que sigue generando líos a los regularizados.

Sobre el tema, Fabiola López, redactora de Ojo Público, publicación especializada en periodismo investigativo de Perú, refiere en una nota del 16 de julio del 2015, bajo el título ‘Oro sucio’, un acápite aparte sobre nuestro país.

Ella señala que solo el 30 % del oro producido por Ecuador en los últimos cinco años tuvo un origen legal.

Agrega que 50 de las 70 toneladas de oro enviadas en vuelo comercial desde Guayaquil entre los años 2010 y 2014 por exportadoras nacionales, destinadas a cuatro compañías en Estados Unidos, tuvo origen ilegal y que no habrían sido declaradas al Banco Central del Ecuador ni a la Agencia de Control y Regulación Minero (Arcom).

El panorama se complica más aún tras el fracaso de los controles oficiales para frenar esa actividad, a criterio del especialista minero Eduardo Carpio. Mientras “siguen en ascenso los altos costos de producción por los elevados precios de insumos, subsisten la falta de crédito, asistencia técnica y escasa capacitación”, señala.

Carpio, quien opera desde hace más de una década en la zona oriental de Zamora Chinchipe, dice que los mecanismos aplicados por mineros ilegales han limitado operativamente los controles, caotizando la situación en las naciones involucradas en el problema.

La situación se agrava en 2014, según sus voceros, a raíz de que el precio de la onza de oro se cotizaba en el mercado internacional en 1.600 dólares y disminuyó hasta situarse a la fecha en 1.050 dólares.

En el país, los gremios mineros más representativos, como la Cámara Nacional y la Cámara de Pequeños Mineros del Ecuador, consideraron en su momento que la subida de los precios del oro, en la década pasada, incentivó para que la actividad ilegal se intensifique, tanto en expansión geográfica como en niveles de producción.

Al respecto, Ojo Público señala en su informe periodístico que los reportes aduaneros revelan que Ecuador tiene un altísimo subregistro de oro que sale del país sin certificaciones de origen.

La publicación incluso da nombres. Señala que empresas pertenecientes al señor Jorge Rengel encabezan la lista de 140 exportadoras que habrían atomizado los envíos de 74 toneladas de oro a mercados internacionales entre el 2010 y 2014.

En el Puerto Principal tendría sus oficinas el Grupo Bonanza, de propiedad de Rengel, un geólogo que por las más de 24 toneladas del metal enviadas en conjunto por sus empresas Expobonanza, Expausa y Compañía Minera Mollopongo, es uno de los mayores proveedores de NTR Metals y Republic Metals Corporation de EE. UU.