
40 jovenes hacen de un area de bosque un enclave turistico
Es un inmenso paisaje que encierra unas 40 hectáreas de bosque. Allí se pueden apreciar bellas flores silvestres, varias clases de aves y, si hay algo de suerte, el venado de rabo blanco. Es el sendero El Sombrerito, ubicado a escasos minutos de la par
Es un inmenso paisaje que encierra unas 40 hectáreas de bosque. Allí se pueden apreciar bellas flores silvestres, varias clases de aves y, si hay algo de suerte, el venado de rabo blanco. Es el sendero El Sombrerito, ubicado a escasos minutos de la parroquia Machalilla, del cantón Puerto López, en la Ruta del Spondylus.
Su visita termina con un recorrido de dos horas y media en una hermosa playa de casi un kilómetro, con inolvidables acantilados que invitan a ser escalados.
Este hermoso lugar, confundido entre el bosque y la vía Machalilla-Puerto López, fue descubierto y rescatado por un grupo de 40 jóvenes que, buscando aventura de manera accidental y solucionando problemas de la caza ilegal y la tala indiscriminada de árboles, hace años dieron con él. Ahora tratan de conservarlo a través del turismo comunitario.
Un pequeño puente de caña guadua da paso a un refrescante mirador con un paisaje de la hermosa y escondida playa.
Janeth Ávila, una de las responsables del grupo de jóvenes, recuerda que en 1998 se daba mucho la tala de árboles y la caza de animales, entre ellos la extracción de los huevos de tortugas para comercializarlos. Fue entonces que ella y 15 jóvenes emprendieron una lucha para frenar la destrucción de estos bosques y sus especies. En la actualidad el grupo suma 40 personas y estos parajes han sido reforestados por ellos. Hoy, a través de las redes sociales dan a conocer la belleza que se esconde en el sendero El Sombrerito, nombre que ellos escogieron porque -dicen- el perímetro se asemeja a un sombrero de paja toquilla.
Desde el 2014 hasta la actualidad se han registrado aproximadamente dos mil visitantes en El Sombrerito y su mayoría son extranjeros, quienes buscan más el turismo de aventura y adrenalina pura.
Y para mantenerlo limpio, cuenta Rafael Soledispa, otro voluntario, se busca concienciar a los pescadores de las caletas cercanas para que no arrojen el material inservible de pesca a las playas. HLV