
El mate de Esmeraldas: Una joya ancestral que resurge con fuerza en la medicina
Los antepasados lo utilizaban como medicina ancestral y hoy vuelve a tener vigencia
En la exuberante provincia de Esmeraldas, el mate florece como un símbolo de vida y sanación. Esta fruta, que crece en los bosques húmedos y cálidos, ha sido durante siglos una fuente de sustento y bienestar para las comunidades afro, indígenas y mestizas que habitan la región. Su uso medicinal, alimenticio y ornamental ha trascendido generaciones, y hoy, en un mundo que busca lo natural, el totuma o también conocido como mate se presenta como una joya olvidada que está resurgiendo con fuerza.
La historia del totuma se cuenta en las voces de quienes han heredado el conocimiento sobre su uso. Doña Rosa Mina, una mujer de 75 años, recuerda con nostalgia cómo su abuela le enseñó a preparar la mermelada de mate en la cocina de barro. "Ella decía que el mate era un regalo de la tierra, un remedio para muchas enfermedades", relata mientras mezcla la pulpa de la fruta con azúcar y limón en una olla de cobre. Doña Rosa comparte que la mermelada no solo es deliciosa, sino que también desinflama el colon y ayuda a regular las menstruaciones. "La gente viene a mí buscando alivio, y yo les doy un frasco de mermelada. Siempre vuelven a contarme cómo se han sentido mejor", dice con una sonrisa que irradia sabiduría.
El mate, con su pulpa rica en antioxidantes, vitaminas y minerales, ha sido utilizado para tratar diversas dolencias. Desde enfermedades respiratorias hasta problemas digestivos, sus propiedades son reconocidas por muchos. "Cuando mi hijo tuvo una tos persistente, le dio vino de mate, y en pocos días mejoró", comenta Juan Campos, un agricultor local que ha visto cómo sus antepasados utilizaban la fruta para curar a sus seres queridos. "El mate es parte de nuestra identidad, de nuestra cultura. No solo lo comemos; lo veneramos".
(También les puede interesar: Saberes ancestrales del pueblo Puruhá, expuestos en una feria en Riobamba )
La elaboración del vino de mate es un arte que requiere paciencia y dedicación. En la comunidad de San Lorenzo, los habitantes se reúnen cada año para celebrar la cosecha del mate. La tradición dicta que, al caer la tarde, se recolectan los frutos y se preparan para su fermentación. "Es un momento sagrado", dice Ana Palencia, una mujer de la comunidad. "Al preparar el vino, recordamos a nuestros ancestros y agradecemos por la abundancia".
Ana explica que el vino de mate no solo es un acompañante en las fiestas, sino que también sirve como un tónico para la salud. "Ayuda a limpiar el intestino y trata infecciones del aparato respiratorio. Es como un abrazo de la naturaleza", dice mientras muestra las botellas de vino que han sido cuidadosamente etiquetadas. La fermentación del mate, que puede durar semanas, es un proceso que se realiza con respeto y dedicación. "Cada botella tiene su historia, y cada sorbo es un homenaje a nuestros ancestros", añade Ana con orgullo.

UNA MEDICINA ANCESTRAL
Las historias de sanación a través del mate son innumerables. La señora Clara Poroso, una mujer de 60 años, comparte su experiencia: "Sufrí de quistes durante años. Un día, escuché a una amiga hablar sobre la mermelada de mate. Decidí probarla, y a los meses, los quistes comenzaron a desaparecer". Su relato resuena con la esperanza de muchas mujeres de la región que buscan alternativas naturales a los tratamientos médicos. "No solo es un alimento; es medicina. Me siento viva de nuevo", dice con lágrimas en los ojos.
Otro testimonio es el de Miguel Carranza, un joven que sufrió de asma desde pequeño. "Mis padres siempre me daban jarabes, pero nunca funcionaron. Un día, mi abuela me hizo un té de mate, y desde entonces, mis ataques han disminuido", cuenta emocionado. "Ahora, cada vez que me siento mal, recurro a la mermelada o al vino. Es parte de mi vida". Miguel también menciona que, además de sus beneficios físicos, el mate le ha proporcionado un sentido de conexión con sus raíces. "Es un legado que quiero transmitir a mis hijos", afirma.
La mermelada de mate ha llegado para revolucionar los desayunos en Esmeraldas. Hecha con mate de la más alta calidad, esta deliciosa preparación es una opción natural llena de beneficios. Rica en antioxidantes, vitaminas y minerales, no solo endulza los momentos, sino que también aporta energía y bienestar al cuerpo. "Es un manjar que no solo sabe bien, sino que también hace bien", dice doña Rosa Mina mientras sirve la mermelada en un trozo de pan recién horneado.
La pulpa del mate, rica en nutrientes, contiene proteínas, grasas saludables, fósforo, potasio, magnesio y calcio. Además, su composición incluye ácidos orgánicos como el cítrico y el tartárico, que son fundamentales para el buen funcionamiento del organismo. "No solo es un alimento; es un superalimento que deberíamos incorporar en nuestra dieta diaria", afirma Juan, mientras observa a sus hijos disfrutar de la mermelada en la mesa familiar.
El interés en el mate ha crecido, no solo por sus propiedades medicinales, sino también por su potencial en el mercado artesanal. Con el auge de los productos naturales, la pulpa del mate, que antes se desperdiciaba, ahora se está transformando en mermeladas, vinos y otros productos que pueden llegar a nuevos consumidores. "Es una oportunidad para que nuestras tradiciones se mantengan vivas y que el mate sea reconocido más allá de nuestras fronteras", dice doña Rosa, con la mirada llena de esperanza.

La comunidad de San Lorenzo ha comenzado a organizar ferias donde se exhiben productos elaborados a base de mate. "Queremos que el mundo conozca nuestras tradiciones y el valor de lo que producimos", dice Ana Palencia. Estas ferias no solo promueven el mate, sino que también fortalecen la identidad cultural de la región. "Es una forma de unir a la comunidad y mostrar lo que somos", añade Ana.
A medida que el interés por el mate crece, también lo hace la necesidad de educar a las nuevas generaciones sobre su valor. En las escuelas de Esmeraldas, se están implementando programas educativos que enseñan a los niños sobre la importancia de las plantas medicinales y la herencia cultural. "Queremos que nuestros hijos conozcan sus raíces y aprendan a valorar lo que la naturaleza nos ofrece", dice Miguel Carranza, quien se ha convertido en un defensor del mate en su comunidad.
La educación sobre el mate no solo se limita a su uso medicinal, sino que también abarca su cultivo y su preparación. "Es fundamental que los jóvenes aprendan a trabajar la tierra y a cuidar de nuestras plantas. Es parte de nuestra identidad", afirma doña Rosa Mina. La transmisión de este conocimiento es vital para asegurar que las tradiciones perduren en el tiempo.
La mermelada y el vino de mate no son solo productos; son el reflejo de una cultura rica en tradiciones y sabiduría. Cada frasco de mermelada y cada botella de vino llevan consigo la historia de un pueblo que ha encontrado en la naturaleza no solo su sustento, sino también su medicina. En Esmeraldas, el mate sigue siendo un regalo de la tierra, un tesoro que, al ser compartido, puede sanar y nutrir a las generaciones venideras.
El mate, con su rica historia y sus múltiples usos, se presenta como un símbolo de resistencia y sabiduría ancestral. No es solo un alimento, sino un legado que se debe preservar y celebrar.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!