Un nuevo fantasma recorre el mundo...

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No proponen nada. No saben ni entienden lo que quieren.

No es el fantasma del comunismo de Marx de 1848. Es un nuevo Tánatos de destrucción, posmoderno y anticivilizatorio. Recorre Europa, Asia, África, Oceanía y América. Está en religiones, sociedades, culturas, en blancos, mestizos y minorías étnicas. Rebasa los partidos. Supera lo que Freud señaló en El malestar de la cultura (1929) y Marcuse en Eros y la civilización (1955). Es voluntad, capacidad y energía juvenil apocalíptica.

No proponen nada. No saben ni entienden lo que quieren. No tienen idea del horizonte y destino que buscan. No les satisface nada: las recetas, médicos, medicinas, alimentos, penicilinas, ni dietas saludables. Activistas del nadismo. Es un nihilismo juvenil y senil, orgánico, militante agresivo, con pasión obsesiva de destrucción y autodestrucción. Son neoparricidas.

No los detienen las políticas gubernamentales negociadas ni los métodos de amasamiento y demagogias tradicionales y posmodernas. Destruyen todo lo que sus padres crearon: servicios públicos, estaciones, escuelas, universidades, ambulancias, etc. No les satisface nada. No saben lo que quieren. Solo quieren no querer nada. 

No buscan conciliar Eros y la Civilización. Disfrutan, hasta el éxtasis, de sus reglas y del fuego destructor de los servicios públicos. Los que hoy los incendian mañana lo harán con edificios y calles porque el gobierno y Estado no les dan esos servicios que ellos destruyen hoy.

Son las camisas amarillas, los piqueteros, ayatolas, fedayines, etc. Son fanáticos contra el Estado y lo que este pueda conceder. Son los nuevos blanquistas incendiarios del metro en Chile. Nuevos guerrilleros o terroristas urbanos que vimos en Quito. 

En algunos casos pueden ser mestizos de cualquier matriz. Pero también líderes indígenas y caciques posmodernos que pretenden resucitar-reinventar el Incario y el Reino de Quito. Son los camisas pardas posmodernos. Tienen póster y camisetas del Che, la hoz y el martillo, fotos de Hitler, afiches de Madonna, Messi, Ricky Martin, Bad Bunny, comen pizza, hot dog, coca cola y chicles Adams. Pero odian al capitalismo. Es el anarquismo posmoderno que recorre el mundo. Jóvenes militantes del nihilismo real y virtual, educados en el Play Station y el celular.