En la ausencia de planificación municipal, lo que mantiene a la ciudad sometida a un gran caos, sobresale notablemente el que provoca en la vía a la Costa grandes aglomeraciones vehiculares que impiden la normal circulación por largas horas.

Semana a semana quienes retornan de las distintas poblaciones peninsulares o de las situadas en la Ruta del Spondylus, por más que se pongan creativos en tratar de no coincidir con los horarios de regreso, el volumen de automotores los aplasta y de lo único que pueden armarse quienes los conducen, es de paciencia.

¿Cual será la situación cuando se ponga en funcionamiento el nuevo aeropuerto en Daular? Bien valdría que los respectivos funcionarios diseñen rutas alternativas a la única actual, para beneficio de los usuarios del transporte aéreo y los sufridos pobladores de las ciudadelas lineales, que continúan proliferando, al tiempo que los distintos centros comerciales van instalándose sin pausa.

Ante el gran desarrollo inmobiliario de la zona, promovido incluso por la Alcaldía, sería de esperar que las obras públicas municipales se interesen en el diseño pronta implementación de diversos tipos de soluciones viales que impidan que el actual colapso de fin de semana continúe y se haga cotidiano.