Retorno a las aulas

Quedarán expuestas también las secuelas de socialización de los niños y jóvenes que sobrellevaron el aislamiento y la improvisación’.

Luego de más de dos años de pandemia se dará el retorno a la presencialidad. El año escolar está por comenzar y la educación fiscal se someterá a una dura prueba. Tendrá que superar el mal estado de la infraestructura educativa y los grandes vacíos de los periodos lectivos de enseñanza virtual de 2020 y 2021. Quedarán expuestas también las secuelas de socialización de los niños y jóvenes que sobrellevaron el aislamiento y la improvisación. Maestros y alumnos tendrán el gran desafío de acoplarse a espacios y a horarios de los que estuvieron alejados los dos últimos años. Asimismo, habrá que manejar protocolos de bioseguridad flexibles pero eficaces ante la reciente decisión gubernamental de eliminar la obligatoriedad del uso de mascarillas en espacios abiertos y cerrados, lo que genera incertidumbre en muchos padres de familia y directivos. Sin embargo, el retorno a las aulas no puede atrasarse más. Hacerlo implicaría agravar el nivel de deserción escolar, aplazar la recuperación del tiempo y conocimientos perdidos y la readaptación de los estudiantes. De igual forma, todas las actividades económicas que directa e indirectamente dependen del funcionamiento de los establecimientos de enseñanza no podrían resistir una nueva postergación de su reactivación.