De privilegio y presión

Porque el fin último, para ella y para un Estado democrático, es que haya un sistema judicial sin amenazas ni presiones

Poderosos que creen estar por encima del bien y del mal. Intocables. Invictos ante la Justicia. La fiscal general recurrió a las redes sociales en busca de un eco de empatía por las presiones que dice experimentar en algunos casos en los que los procesados son altos cargos. Ese recurso generó una ola de preguntas que aún hoy están irresueltas. Si hay presiones contra la fiscal, que es la persona que tiene en su mano iniciar una investigación ante indicios de delitos, ¿por qué no abre un expediente? Si habla de “ilustres” personajes, como aduciendo que habla con certeza de quienes son, ¿por qué no les identifica públicamente? Si dice que aún hoy existen esas presiones desde posiciones privilegiadas, ¿significa que ese tipo de comportamientos trascendió al nuevo Ejecutivo?Este último aspecto, descartado por la máxima autoridad del Ministerio Fiscal al ser interpelada por el presidente, es que generó un efecto rebote contra ella por sus mensajes en redes sociales. Le pidieron que identificara a los favorecidos o poderosos y no lo hizo. Siendo la titular de la acción de fiscalización, tiene ahora que explicar el porqué de mantener en segundo plano esos nombres. Porque el fin último, para ella y para un Estado democrático, es que haya un sistema judicial sin amenazas ni presiones.