Priorizar la inversión en vialidad
Cuando se inyecta capital de esta forma se apoya a la dinámica del sector de la construcción y a toda una cadena de proveedores que generan empleos
El cierre de la llave del gasto estatal ha llevado al país, en los últimos años, a escatimar millonarios recursos en obra pública, algo poco coherente con la intención de lograr la tan ansiada reactivación que hoy fomenta el Gobierno. Para 2023, la expectativa es que ese camino se enderece, dando prioridad al urgente rescate de la red vial estatal.
Lo presupuestado en la actual proforma y la estrategia de controlar el déficit, haciendo un guiño de confianza al Fondo Monetario Internacional, da visos de que el mismo nivel de gasto podría repetirse, pero es inadmisible que las carreteras sigan deteriorándose. Resulta imprescindible buscar fuentes alternativas de fondos e instaurar una política que priorice eficientemente el direccionamiento de recursos hacia la restauración de vías y el desarrollo de infraestructura estratégica que conecte al país entero. No invertir en este tipo de obras equivale a años de retroceso.
Cuando se inyecta capital de esta forma se apoya a la dinámica del sector de la construcción y a toda una cadena de proveedores que generan empleos locales. Además se facilita la movilidad de miles de vehículos por las carreteras, impulsando actividades productivas como la agrícola o la turística. Esto sin mencionar la seguridad que aporta el tener mejores vías, pues con ello también se evitan accidentes.