Sin planificación ni control

Las autoridades deben cumplir con su obligación de dar obras y servicios a los contribuyentes, pues para eso pagan impuestos’.

Los problemas de movilidad de los habitantes de la vía a la Costa de Guayaquil crecen al mismo ritmo que la construcción de numerosas urbanizaciones, sin que las autoridades locales hayan planificado ni ejecutado las obras indispensables para evitar que la congestión vehicular llegue a los mismos niveles de la ahora intransitable vía a Samborondón. Los ciudadanos deben reclamar por la ineficiencia y desidia que han dejado a la deriva a una ciudad en la que diariamente se evidencia desatención y abandono.

La carencia de un plan maestro urbanístico sigue dando paso al libre desarrollo de proyectos residenciales sin que este sector de intenso crecimiento cuente con vías paralelas para evitar congestionamientos vehiculares, ni tampoco con espacios públicos o parques, ni lugares de estacionamiento en función de las necesidades actuales y futuras.

Pero estos problemas no son exclusivos de una ciudad, se replican en muchos cantones donde los gobiernos locales no hacen cumplir las ordenanzas y permiten que se construyan urbanizaciones con calles estrechas y veredas angostas; y tampoco controlan la creciente contaminación por ruido.

No se puede premiar con la reelección a quienes no han realizado un trabajo eficiente.