No solo parchar
Guayaquil y sus ciudades satélites pronto convergerán en sus límites, dando paso a una megametrópoli. Sus necesidades tendrán que ser satisfechas .
La globalización abrió los horizontes de progreso, pero también incrementó el nivel de exigencias en cuanto a calidad y competitividad. Por eso aquellas comunidades que buscan destacarse tienen que potenciar sus fortalezas y sacar máximo partido a las oportunidades que sus ventajas naturales y/o adquiridas les permitan obtener. Para ello es necesario plantear cuál será el rumbo que una ciudad o conglomerado humano va a seguir a largo plazo, lo que vuelve imprescindible un mínimo de planificación.
Guayaquil y sus ciudades satélites pronto convergerán en sus límites, dando paso a una megametrópoli, lo cual hará indispensable una programación coordinada para la ejecución de proyectos urbanísticos, de transporte público, de áreas verdes, de tratamiento de aguas, recolección de basura, reciclaje, reactivación de zonas deprimidas, etc., como requisito básico para encaminarse al futuro. Y sus necesidades tendrán que ser satisfechas atendiendo a un plan estratégico y no con simples soluciones temporales a manera de parches. Esta gran comunidad deberá tener un rumbo claro a seguir, y sus municipalidades tendrán que dar a conocer a la ciudadanía, con transparencia y anticipadamente, cuáles son los proyectos que desarrollarán para ir consolidándola por lo menos en los próximos 30 años.