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¡Zapatero, a tus zapatos!

Sin dejar de ser precavidos, es hora de reintegrarse a los cuarteles de la administración local para cumplir el mandato de bien administrar los municipios.

Pasada la cresta de la pandemia, es hora de que los alcaldes retomen sus funciones de acuerdo a la normativa vigente. Puntualizamos que los roles asumidos por la alcaldesa de Guayaquil y el alcalde de Quito tuvieron su razón de ser para complementar y, más aún, tomar el liderazgo en las acciones de protección a la población, el mantenimiento del distanciamiento social, el apoyo al COE nacional y luego el liderazgo en los COE cantonales: todas acciones ejecutadas para preservar la salud pública.

Pero, repetimos, ese momento ya pasó. El activismo que movió a los burgomaestres a adquirir, equipar e inaugurar hospitales y albergues; a llevar a cabo la entrega de provisiones a los necesitados; y a vigilar el cumplimiento de las restricciones vigentes, coordinando el cuidado del orden en el estado de emergencia, debe dar paso al protagonismo en la apertura de la economía sobre la cual aún pesan restricciones cada día más injustificadas y cuyo efecto será más devastador que la epidemia del SARS-CoV-2. Sin dejar de ser precavidos, es hora de reintegrarse a los cuarteles de la administración local para cumplir el mandato de bien administrar los municipios, que es para lo que fueron elegidos.