Juego de tronos perverso

El Gobierno y todo el Estado en su conjunto no pueden continuar entrampados en sus disputas, ajenos a la crisis económica y a la inseguridad desbordada que nos agobian’.

Mientras los asesinatos, sicariatos y robos se multiplican y son cada vez más frecuentes en cada rincón de Ecuador, las diversas funciones del Estado y las autoridades de todo nivel y ámbito de gobernanza están dedicadas a maquinar sus estrategias por alcanzar o mantener el poder. En la Asamblea solo se mueven para lograr la encerrona que garantice el jaque mate. A su vez, Ejecutivo y Legislativo pugnan por imponer el rumbo a seguir. En el resto de instituciones, como Fiscalía, Contraloría, Cpccs y todas las que integran el sistema judicial, las contiendas internas entorpecen cualquier esfuerzo de trabajo eficiente. En tanto que las autoridades seccionales se someten a careos públicos, endilgándose responsabilidades incumplidas, en lugar de colaborar efectivamente para combatir los problemas que enfrentamos.

Este juego de tronos perverso e inaceptable envía a la ciudadanía el nefasto mensaje de que debe cuidar de sí misma y vivir a la defensiva ante el resquebrajamiento social y la impunidad. El Gobierno y todo el Estado en su conjunto no pueden continuar entrampados en sus disputas, ajenos a la crisis económica y a la inseguridad desbordada que nos agobian. La autoridad que asuma el liderazgo por retomar el control y reordenamiento del país concentrará el respaldo ciudadano.