¿Interés oculto?

Los servidores públicos que no han cumplido con lo que han ofrecido al pueblo, no tienen calidad moral para volver a ser candidatos’.

Ni para el electorado ni para la opinión pública han quedado claros los motivos que llevaron a algunos candidatos a dejar sus carreras o sus trabajos de siempre, o incluso programas de televisión, para postularse a un cargo de elección popular que no saben si van a ganar, y en el que podrían recibir remuneraciones menores a las que han estado acostumbrados.

La duda radica en si quienes tomaron esas decisiones lo hicieron por un profundo sentido patriótico, por amor a la tierra natal o adoptiva a la que se sienten ligados por valores, afectos, cultura e historia, o si existe algún interés oculto que no se atreven a revelar.

La experiencia con personajes salidos de las televisoras, que insisten en las reelecciones o en candidaturas para otras dignidades, ha dejado en evidencia que no han hecho ningún tipo de obra relevante y sin embargo continúan en el quehacer político.

Los gobiernos locales no requieren de políticos inexpertos ni de entusiastas sin preparación, sino de personas que trabajen en pro del desarrollo de las ciudades a través de una planificación integral, acompañada de los recursos suficientes.

Los electores deben meditar su voto porque con populismo no se afianza el progreso.