La espada sobre la Corte

¿Dónde están las voces que defienden la institucionalidad a capa y espada? 

Es un manoseo descarado de la justicia. Está más que claro que la Corte Constitucional sigue siendo un obstáculo para veladas pretensiones de actores políticos. No hay otra forma de entender cómo la sentencia de un juez de bolsillo como el de Montecristi puede pasar por encima de un fallo de la máxima instancia de interpretación de la Constitución en el país, y si eso no es suficiente, también por sobre la voluntad de todo el pueblo, expresada mayoritariamente en las urnas, y que aquí nadie diga nada.

Ni el blindaje impuesto por la Corte a las actuaciones del CPCCS transitorio, ni la voluntad popular le importan al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) del correísmo y sus aliados socialcristianos. Es más que evidente que están dispuestos a todo con tal de lograr sus objetivos, incluso poniendo en riesgo sus propios cargos y la estabilidad jurídica del Ecuador.

¿Dónde están las voces que defienden la institucionalidad a capa y espada? ¿Dónde están esos asambleístas electos, esos candidatos presidenciales, esos políticos, esas mentes lúcidas de las leyes? Este es el momento de decir algo. De expresarse. De defender la poca institucionalidad que le queda al país, esa que algunos abrazan cuando les conviene y luego la pisotean cuando no.