EE. UU.: tenso cambio de mando

También proyectó dolor el triste acontecimiento del 6 de enero, cuando hordas desaforadas se tomaron el Capitolio bajo la incitación del presidente Trump

Sin duda, el cambio de mando escenificado en Washington el día de ayer tuvo, además de tenso, la condición de histórico de múltiples maneras. La inusual tensión es uno de los elementos que le dan esa categoría. La norma ha sido la más absoluta tranquilidad. Ahora, la capital de EE. UU. estuvo bajo custodia de miles de efectivos de la Guardia Nacional y no contó con la asistencia del presidente saliente. Haciendo sombra a la brillantez que actos como el aquí relatado han tenido siempre, ayer 400.000 muertos, producto de la descontrolada pandemia de COVID-19, impidieron dársela. También proyectó dolor el triste acontecimiento del 6 de enero, cuando hordas desaforadas se tomaron el Capitolio bajo la incitación del presidente Trump. Solo quedó entonces la solemnidad que siendo propia de los grandes acontecimientos de la vida norteamericana tiene hoy un nuevo comienzo con, por primera ocasión, una mujer negra-asiática en la Vicepresidencia, y con el segundo presidente católico.

El primer trabajo de la nueva administración será el de volver a unir a la nación. La marcada división es visible y dañina. En el horizonte, un segundo juicio político podría clarificar la situación, definiendo si el expresidente Trump podrá o no continuar agitando la política del gran país del norte. Hoy pareciera que no.