Editorial: ¿Candidato o estratega?
Ecuador necesita políticos con altísimo criterio y honestidad. Que hablen por sí solos. Que se muestren tal cual son. Sin maquillajes ni poses
Terminó una forma del quehacer político-electoral. Si algo dejó claro este última jornada de campaña es que el dar la mano, hablar cara a cara con los votantes, acercarse a ellos y ponerse a su nivel para escucharlos con atención quedó en el pasado. Los estrategas de campaña ahora son los que dirigen. Le dicen a sus candidatos qué hacer, qué no hacer, qué decir, qué no decir, en qué red social invertir más dinero, qué medios de comunicación visitar y cuáles están en la lista negra, qué lugares visitar y cuáles no. Son como titiriteros y eso es algo peligroso, porque no se sabe hasta qué punto es el candidato hablando y hasta qué punto es el estratega de campaña.
Ecuador necesita políticos con altísimo criterio y honestidad. Que hablen por sí solos. Que se muestren tal cuál son. Sin maquillajes. Sin poses. Que no tengan miedo a hablar cara a cara con sus votantes y con los medios de comunicación que son un vehículo para ello. Y el elector debe saber identificar cuándo habla el candidato y cuándo habla el estratega.
Está claro que este nuevo escenario se construye con mutaciones propias de los cambios de época, por el rampante avance de la tecnología, a las que la política y los procesos electorales, así como los votantes se están adaptando y que no hay cómo oponerse -pero sí cuestionar-, o cerrar los ojos pues es la población la que decide.