Desafío educativo

Educar desde los primeros años para que luego la educación superior cuente con un conglomerado capacitado para avanzar muy lejos en las fronteras del pensamiento

El esfuerzo presupuestario que el Ecuador realiza en educación no refleja una buena relación costo beneficio, ni se ajusta a la realidad actual. Hay además tal descuido con los estudiantes que es posible, en el patio de su colegio, que un alumno muera electrocutado, o que una alumna sea violada por algún docente, mientras por los alrededores otros maestros están en huelga de hambre reclamando nivelación salarial. Asimismo, como secuelas de dos años sin presencialidad, se evidencia un retraso en el desarrollo no solo cognitivo, sino emocional y psicológico en niños y adolescentes, que exige un pénsum modificado, capaz de ajustarse a la vida en la pospandemia.

Con las tecnologías y las nuevas corrientes pedagógicas y fundamentalmente con la firme decisión gubernamental, será posible proceder a la imprescindible reforma educativa. Una clave es empezar a educar desde los primeros años de vida y fomentando, sin omitir los valores tradicionales, otros nuevos que apunten al desarrollo de la creatividad y otorguen capacidades para innovar, aprendiendo los mecanismos del pensamiento y no solo capacitando a la memoria para ser buenos repetidores de textos escritos por otros. Sin duda, asumir el desafío educativo es de trascendental importancia para garantizar futuro.