Editorial: Ecuador, estancado en el caos
Mientras otras naciones de la región realizan reformas y avanzan, Ecuador se va quedando rezagado
El país atraviesa una parálisis institucional que resulta alarmante. La inseguridad sigue galopante, las carreteras continúan deteriorándose sin que se concrete un plan integral de reparación, el IESS mantiene sus problemas estructurales, la Función Judicial permanece sin depurarse y la elección de autoridades de control sigue siendo opaca. A esto se suma el déficit energético que afecta a hogares y empresas, la indefinición en la política petrolera, y los problemas educativos que comprometen el futuro de la población. En todos estos frentes críticos no se avanza ni un milímetro.
Esta inercia gubernamental agrava el estancamiento del país. Mientras otras naciones de la región realizan reformas, Ecuador se queda rezagado en un estado de suspensión animada.
Los ecuatorianos apostaron por un cambio de gobierno con la esperanza de ver acciones concretas y tangibles.
Es necesario que las autoridades pasen del discurso de siempre a la práctica, y de la práctica a los resultados que le devuelvan la fe al país. De parte de la ciudadanía, en cambio, es imperativo que no exista conformismo con las promesas, que exija a sus mandantes las acciones necesarias para vivir en un país en mejores condiciones y con oportunidades de desarrollo. El país que merecemos.