¡Danzar alrededor del fuego!

"… la retórica que se escucha y se lee debate incoherencias, sostiene lo absurdo, demuestra ignorancia de la ley y destierra a la lógica y al sentido común"  

Así como en la mafia de Córcega existe el código de la omertá que manda el silencio, en nuestra circunstancia política se arma un pacto de silencio cuando de denunciar los atracos a ininterrumpidos actos de corrupción se trata. Cunde la solidaridad a manera de un muro de fuego para proteger la pillería; esa es la imagen que proyecta el grueso de nuestra clase política. Son los novísimos protagonistas que surgieron al amparo de un sistema de representación que ignora la voluntad de los ecuatorianos.

El apetito por poseer riquezas, ser influyentes y famosos, y mandar a un ejército de servidores y testaferros domina su accionar y pronunciamientos. Contrastando con actores del pasado con alto perfil cívico y ciudadano, hoy, la retórica que se escucha y se lee debate incoherencias, sostiene lo absurdo, demuestra ignorancia de la ley y destierra a la lógica y al sentido común. Asistimos a una convención de zombis que reaccionan a impulsos lombrosianos alejados del ámbito de la razón.

Es inaceptable. En eras pretéritas, tanto blancos como nativos curaban las afrentas con fuego, literal o materialmente. Hoy se requiere una profilaxis aún más profunda si nuestro propósito es el de, una vez por todas, cambiar la cultura política.