Cuento sin fin

Transcurridos nueve años, con una inversión de más de $ 2.000 millones y la obra física prácticamente concluida, problemas administrativos, financieros y operativos impiden el inicio de su funcionamiento’.

Desde hace ya mucho tiempo Quito clama por una solución al problema de la movilidad. Los cada vez más graves congestionamientos vehiculares y los altos niveles de contaminación ambiental por emisiones hacen de la implementación de un transporte público eficiente y ecológico, una necesidad apremiante. En 2012 el Municipio presentó el proyecto del Metro, un sistema de transporte de gran capacidad que atravesaría la ciudad de norte a sur en tiempo óptimo, y que fue calificado de emblemático para el país y para el Estado, el cual contribuiría con su financiamiento. Hoy, transcurridos nueve años, con una inversión de más de $ 2.000 millones y la obra física prácticamente concluida, problemas administrativos, financieros y operativos impiden el inicio de su funcionamiento. Mientras tanto, solo se han implementado medidas parche, como el Pico y Placa, que en la práctica ha incentivado el crecimiento del parque automotor; y los estacionamientos de borde, que generan más congestión y exponen a los ciudadanos a riesgos ante la falta de pasos peatonales.

El Cabildo quiteño debe centrar sus esfuerzos en buscar soluciones viables para que el Metro, obra prioritaria para la capital, pueda empezar a operar a la brevedad posible, como pieza fundamental de un sistema de movilidad sustentable.