Entre la COVID y la inercia
La antipatía ciudadana es la gran factura que la inercia le está dejando a este Gobierno, con una gestión con resultados poco tangibles
En estos días la mofa y la crítica han vuelto a tomarse las redes sociales para ensañarse contra la principal autoridad del país. Tal como sucedió con su reciente operación del peroné, el anuncio del presidente de la República de que era víctima de un nuevo contagio de COVID, lejos de generar expresiones de solidaridad dio pie a nuevas quejas que no vienen gratis y que detrás tienen un pedido tácito: un llamado a la acción.
La antipatía ciudadana es la gran factura que la inercia le está dejando a este Gobierno, con una gestión con resultados poco tangibles, que no terminan de sentir los ecuatorianos. En un contexto de alta inseguridad, en el que se dan delitos, secuestros, robos y extorsiones, la gente sigue esperando soluciones urgentes. En materia de servicios de salud, igual, pues los pendientes se siguen acumulando. Tampoco llega la ansiada obra pública, que hace falta para generar empleos, y cuya escasez hoy se desnuda con los efectos que deja la temporada invernal.
Urge que el presidente rescate su credibilidad y confianza, y para eso hace falta actuar. La gente no quiere saber más de cadenas con anuncios de esperanza de cambios que no llegan, tampoco de fotos con firmas de decretos, quiere resultados. Quiere sentirse protegida, con un presidente que dé la cara, gestione y ejecute.