Editoriales

Cómo y qué concesionar

"...que los procesos sean transparentes, los mercados competitivos y se priorice el interés de los consumidores; que la rendición de cuentas sea rigurosa y que el concesionante participe en los ingresos o recaude impuestos y regalías..."

Las concesiones de bienes públicos existen y el concesionante no es siempre el Gobierno central, como lo prueban los aeropuertos de Guayaquil y Quito. Los puertos están concesionados, también lo están el espectro radioeléctrico, los derechos mineros, la recolección de basura o el provisionamiento de agua potable. Hay más activos por concesionar, y algunos enajenar, con el fin de aliviar la carga fiscal y mejorar la competitividad del país. Tales bienes incluyen la infraestructura de carreteras, salud, aeropuertos regionales, telecomunicaciones, y digitalización que el país requiere para la vinculación eficiente de los mercados de productos y las comunicaciones.

Las concesiones deben adoptar las mejores prácticas comerciales, y abarcar la operación y administración por resultados, las alianzas público-privadas y la inversión y operación con reversión eventual. A los ecuatorianos les interesa que los procesos sean transparentes, los mercados competitivos y se priorice el interés de los consumidores; que la rendición de cuentas sea rigurosa y que el concesionante, o bien participe en los ingresos, o recaude impuestos y regalías en condiciones atractivas y seguras para los inversores que le apuestan al país.