Clamor ciudadano

No podemos vivir con temor de salir a trabajar, tomando precauciones extremas, tratando de elegir la ruta más segura, saliendo más temprano para evitar congestionamientos o recluyéndonos en nuestras viviendas’.

El repunte delictivo en Guayaquil y su área de influencia las convierte en epicentro de una ola de violencia que afecta a todo el país y que se agrava día a día, sin que se vislumbren medidas efectivas para controlarlo. 

No podemos vivir con temor de salir a trabajar o teniendo que tomar precauciones extremas, tratando de elegir la ruta más segura, saliendo más temprano para evitar congestionamientos de tránsito o simplemente recluyéndonos en nuestras viviendas para minimizar el riesgo de ser la próxima víctima. 

La delincuencia actúa a cualquier hora del día, en todos los sectores, evidenciando una creatividad sin límites y una tranquilidad pasmosa ante la certeza de la indefensión ciudadana. ¿Qué esperan el gobernador de la provincia y el comandante general de la Policía para empezar a cumplir plenamente sus funciones? Tienen que actuar con contundencia y con inmediatez porque la delincuencia ha cercado a la ciudadanía. 

Si no son capaces de solucionar la situación, deben, con urgencia, contratar a un experto internacional con vasta experiencia para que venga a poner fin al desborde delictivo que enfrentamos. Y si esta realidad que vivimos los supera, renunciar para dar paso a otras autoridades que puedan poner fin a la inseguridad que impera en la ciudad.