Caso Ruta Viva: apenas una muestra...
La ‘carrera’ delincuencial es para muchos jóvenes y adolescentes la única opción ante la imposibilidad de acceder a instrucción universitaria
La inseguridad que asola al Centro Histórico de la capital y a calles emblemáticas como la Amazonas, se está propagando en todas las direcciones. Ha llegado incluso a la Ruta Viva, que se ha convertido en una ruta peligrosa. Cada vez son más los atracos y raptos que tienen lugar en esta arteria vial que conecta a Quito con el aeropuerto de Tababela.
El caso de la pareja que fue secuestrada cuando tuvo que detenerse en esa vía debido a una avería en su vehículo ha sacado a la luz no solo el estado de indefensión en que se encuentra la ciudadanía quiteña, sino otro grave problema social: quienes ejecutan estos crímenes son delincuentes juveniles, casi niños. Es que la ‘carrera’ delincuencial es para muchos jóvenes y adolescentes la única opción ante la imposibilidad de acceder a instrucción universitaria o a un trabajo que les permita generar recursos, tanto para subsistir como para pagar la droga que tienen que consumir producto de su adicción. Este círculo vicioso debe ser analizado y atacado por el Estado, cuya obligación es proveer a los ecuatorianos tanto de seguridad, como de educación y salud.
El combate a esta triada de delincuencia, adicción y desempleo que azota a la capital y al país entero exige el esfuerzo coordinado de todas las Funciones del Estado, que irresponsable y egoístamente hoy centran sus esfuerzos en canibalizarse.