Más allá del juicio

El juicio político es importante. Pero lo es aún más trabajar todos en conjunto en contra de la inseguridad

El juicio político está en la recta final. Hoy se prevé que la Asamblea Nacional decida si continúa o no con el procedimiento. Sin embargo, más allá de lo que el imperio de los votos dicte en el Pleno, la sociedad tiene otras prioridades que ni los legisladores, ni el Ejecutivo han sabido responder con eficiencia.

La pugna política está -si es que está- en el último lugar de la lista de prioridades de los ciudadanos, pero los políticos parecen aún no entenderlo. Sus intereses políticos no siempre son del interés de los ciudadanos. Esa falta de sintonía es la que ubica al Ejecutivo y al Legislativo en lo más bajo de la confianza ciudadana.

El juicio político es importante. Pero lo es todavía más trabajar todos en conjunto en contra de la inseguridad. Es más importante dotar a los hospitales de todos los insumos y medicinas necesarias para cumplir con su rol. Es muchísimo más importante invertir en educación de calidad al alcance de todos. Pero de esto, ni el Ejecutivo, ni el Legislativo hablan.

La interpelación al presidente, cada vez más, se está quedando sin piso. Solo un manoseo de la oposición puede sacarla del coma en el que cayó, inducida por los mismos que la impulsan. Independientemente de lo que suceda, el presidente debe dar respuestas claras, rápidas y contundentes a lo que piden los ciudadanos. Ya se perdió mucho tiempo.