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Xavier Flores | El Perico

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En el título de este semanario satírico, entre sus letras, aparecía un perico trajeado de frac y corbatín

Hubo un tiempo en que el periódico más leído en Guayaquil se llamaba El Perico. Fue un semanario satírico de formato pequeño, cuatro planas a dos columnas, que en su primer número (en El Perico se lo llamaba “vuelo”) declaró: “El Perico emprenderá el vuelo de hoy en adelante por la tarde del sábado de cada semana, hasta que lo dejen con vida o lo encierren en sólida jaula, y seguirá dando la pata por el módico precio de un real”. Se han cumplido 140 años de este primer número, que salió a la venta el 7 de noviembre de 1885.

Eran los tiempos del presidente José María Caamaño (1884-1888) y la amenaza del encierro en una “sólida jaula”, bosquejada en el primer número de El Perico, se hizo real. Después del décimo quinto número, que se publicó el 13 de febrero de 1886, El Perico dejó de volar. El período presidencial de Caamaño debió concluir para que El Perico vuelva a emprender sus vuelos.

En su segunda época, durante el gobierno del presidente Antonio Flores (1888-1892), El Perico publicó 111 números entre el 5 de enero de 1889 y el 9 de agosto de 1890 (en esta época salió los miércoles y sábados). Y tuvo todavía una tercera época, durante el gobierno del presidente Leonidas Plaza (1901-1905), con 27 números publicados entre el 3 diciembre de 1903 y el 20 de agosto de 1904. Siempre gozó de una gran popularidad y, en palabras de José Antonio Gómez Iturralde en su obra Los periódicos guayaquileños en la historia 1821-1997, tuvo “el estilo impecable, la frase a punto y el chiste nada vulgar pero filudo como un puñal”.

En el título de este semanario satírico, entre sus letras, aparecía un perico trajeado de frac y corbatín; debajo de él, un lema que era toda una declaración de principios: “Cada pájaro taje su propia pluma y enristre”. Este perico elegante era la estrella de la publicación y apareció en casi todos sus vuelos, salvo que se haya ocupado el espacio de su caricatura por la “galería de celebridades contemporáneas”. Todos los dibujos del semanario eran obra del médico cirujano y simpatizante liberal Francisco Xavier Martínez Aguirre (1850-1917).

Martínez Aguirre fue un pionero de la cirugía moderna en el Ecuador y un hábil dibujante, que en los tiempos en que la importación de las láminas de anatomía era prohibida por sinrazones religiosas, las dibujaba él mismo para impartir sus clases universitarias. De él, diría Gómez Iturralde, que “hacía los dibujos trabajando magníficos grabados, que eran simultáneamente la revelación del artista y ocurrente caricaturista que indefectiblemente llevaba a la víctima al ridículo, haciendo las delicias de los lectores”.

Justo en el vuelo del 26 de diciembre de 1885, un día como hoy hace 140 años, el espacio fue ocupado por la “galería de celebridades contemporáneas”. Ese día Martínez Aguirre llevó a su víctima al ridículo: dibujó a Sexto J. Venal (es decir, a Sixto J. Bernal) sobre una rueda de la fortuna, contemplando “su bello rostro en el espejo de la verdad”. Pero el espejo le reflejaba a Sexto J. Venal la imagen de un burro.

A decir verdad, esto sigue vigente: es muy difícil concebir una imagen más contemporánea y perfecta para representar a la inmensa mayoría de políticos del Ecuador.