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Educación: improvisación y cobros indebidos

"El “sistema nacional de educación” no es regional. Excluye las sociedades subnacionales. Él organiza, planifica y acciona desde el ministerio respectivo"

El “sistema nacional de educación” no es regional. Excluye las sociedades subnacionales. Él organiza, planifica y acciona desde el ministerio respectivo. Tiene una histórica y estructural fractura con las sociedades del país. El correato profundizó sus males. Impuso a tecnócratas ignorantes de los factores, causas y efectos que en cada una crea el desestructurado ministerio y el conjunto de funcionarios que lo reproducen. La UNE no ha propuesto algo para cambiarlo. No llama la atención que esa debilidad y deficiencia estructural produzca nuevos problemas. La pandemia trajo cambios improvisados. Ahí tampoco se plantearon las realidades de las sociedades bloqueadas. Nunca se pensaron sus demandas. Siguen ignorando lo que buscan esas localidades. La metodología de evaluación de los “logros” de maestros y estudiantes es un grave problema. Creen que la “medicina” correcta es la de ridículas recetas tecnocráticas. 

La nueva “anormalidad” que trajo la COVID-19 lo afectó. El sistema ha mostrado mayores y más falencias. La primera es la agenda diaria del ser-hacer educativo: la improvisación de la educación virtual. Ahí autoridades, funcionarios, escuelas, colegios, profesores y alumnos naufragan en sus “aguas turbias”. Se olvidó que la conectividad del país solo alcanza a sectores altos y medios. La clase media y sectores populares no tienen computadoras ni están en línea. Ignoran que “las clases virtuales” requieren preparación, práctica y diseño de la plataforma adecuada. Incluso permiten que la educación particular cobre a los padres de familia por estas, que las escuelas deben adquirir. Exigen la compra de bienes que no utilizan y lo más aberrante: las tareas las encargan a los padres. Lo peor: obligan a los alumnos a reescribir manualmente los deberes que respondieron digitalmente. Permiten el abuso en pensiones. Hay escuelas que exigen pago anticipado de libros, etc. Esta crisis estructural y sistémica con fracturas entre planes, programas, prácticas docentes y realidades sociales sigue con ruptura entre la básica y el bachillerato. Da la impresión que el sistema está extraviado-divorciado de la sociedad. ¿Qué dicen los programas de los partidos electoreros que siguen con promesas demagógicas y mentirosas?