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Borges, Guayaquil y Bicentenario

Avatar del Willington Paredes

Este año celebramos dos bicentenarios: la batalla del Pichincha y el encuentro de Bolívar y San Martín. En ellos Guayaquil fue actora y escenario. Al segundo lo habita la mitomanía. A dos siglos aún no tenemos certezas ni verdades de lo discutido. Solo hay dudas de lo dicho por 2 caudillos de proyectos militares-geopolíticos: del norte y del sur. Uno, comandado por Bolívar. Otro, nació en las pampas argentinas, unió a Uruguay, Chile, Bolivia y parte del Perú. Analizados, desde lo territorial el de San Martín tuvo más largo alcance. Fue un proyecto de llano, montaña y mar. Fue más completo que el de Bolívar. Sin embargo, el bolivarismo exacerbado, que algunos historiadores venezolanos llaman dogmatismo bolivarista impide aun comprender, evaluar y darse cuenta de su magnitud. Solo una novela de un escritor colombiano, Vargas Linares, Ahí le dejo la gloria (2013), nos lleva por los caminos misteriosos y laberínticos. Es ficción histórica que provee de claves para tener acceso a la realidad del evento. Borges también recrea literariamente el escenario. Su relato: Guayaquil (1970) nos dice, desde la literatura, que no hay que olvidar lo real del momento. Nos remite a una historia que debemos conocer para salir de la mitomanía del encuentro, que guarda, como una caja de Pandora curiosos secretos.

La leyenda dice que Bolívar derrotó al proyecto de San Martín. Los hechos señalan que previo a tal cita Bolívar invadió Guayaquil, desconoció a su jefe político (Olmedo), llevándolo al autoexilio junto a sectores de la élite sociopolítica, ilustrada y moderna. En su relato sobre esa historia hay recreación por obra de la ficción borgiana y Vargas Linares. Borges busca en las cartas de Bolívar la verdad del hecho. Crea una leyenda singular de encuentros y desencuentros. Ahí transmite la certeza de dudar sobre lo dicho del evento. Dice: las “cartas no ofrecen mayor interés, salvo una fechada en Cartagena el 13 de agosto de 1822”. Refiere detalles de su entrevista con San Martín. Y duda de la renuncia de San Martín dejando “el destino de América en manos de Bolívar”. Cree que “San Martín cayó en una celada” del caraqueño. Leer estas obras de ficción de lo real-histórico es positivo para comprender el encuentro.