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La táctica del olvido

Avatar del Rubén Montoya

"Amnésicos selectivos, sordos que no son sordos, ciegos que no son ciegos, rateros que sí lo son y se graduarían con honores: Ecuador tiene más pillos ‘summa cum laude’ que doctores"

Desde que la pandemia nos azota, los escándalos de corrupción que involucran a funcionarios públicos (del Gobierno, de la Asamblea, de la Judicatura, de alcaldías, de prefecturas…) nos llueven de modo torrencial. Nos inundan. Este régimen no ha inaugurado el latrocinio, pero lo ha elevado a una categoría nueva, donde la impudicia ya no es la excepción, sino la regla.

Si los detallo se me va la columna al nombrarlos y me falta espacio, pero los podemos resumir con sustantivos: mascarillas, tanques de oxígeno, ¡medicinas donadas y revendidas!, carros de lujo y sin impuestos, carnés mentirosos, fondos ilegales de campaña, amnésicos selectivos, sordos que no son sordos, ciegos que no son ciegos, rateros que sí lo son y que se graduarían con honores: Ecuador tiene más pillos ‘summa cum laude’ que doctores.

Con un detalle adicional: el robo a mansalva ya no solo lo hacen funcionarios; el cáncer está tan regado que los asaltantes son simples ciudadanos, testaferros jovencitos que levantan fortunas como si fuesen Al Capone. Y mientras eso sucede, las autoridades de control, con la fiscal general a la cabeza, hacen poco de lo que corresponde: está muy bien que encarcelen a los rateros de tercera, pero muy mal que deshojen margaritas con los de segunda y ni siquiera nombren a los de primera. La táctica no es nueva, pero nunca ha sido tan bien usada: los capos esperan que un escándalo tape a otro y que terminemos por olvidarnos hasta de nuestros muertos.

La colosal patraña que implicaría financiar la consulta popular del 2018 con dinero de instituciones públicas, por ejemplo, debería remover los cimientos incluso de una república moralmente agonizante como la nuestra. Pero no lo hace. Desaparecida de los titulares y las conversaciones sociales de redes, va abonando el terreno que mejor conocen quienes nos gobiernan: el de la impunidad.

¿También contarán con nuestro olvido? Con el suyo y con el mío, quiero decir. Porque si eso pasa, entonces no sería la amnesia nuestro problema mayor, hablo del suyo y del mío. Nuestro principal problema sería que nos estamos convirtiendo en coautores de la táctica del olvido.